A veces, cuando los niños dejan de ser niños, alcanzan una relativa estabilidad emocional y ciertos rasgos o dificultades se acusan menos.
Incluso cabe la posibilidad de tener pareja. En una relación de pareja, las necesidades afectivas se cubren bastante más que en otras, lo que posibilita que distintos tipos de energías psicológicas se mantengan en lo alto durante más tiempo. Sientes que ya eres capaz de todo. Casi vives una normalidad. Pero es sólo un oásis.
Entonces pueden creer que, en realidad, no eran autistas. Algunos llegan a pedir una reevaluación.
Cumplir la mayoría de edad puede provocar que quieran hacer un montón de cosas que antes no pudieron por ser menores. En esta sociedad hay una necesidad solapada de tener un rito de paso; quieres que algo marque tu paso a la adultez.
¿Y qué mejor que revolucionar tu propia identidad mediante, paradójicamente, la aprobación de otros como uno de ellos?
Hay un peligro en esto. Los médicos están deseando retirar diagnósticos para que parezca que están avanzando en "resultados". He leído casos en los que, como suponían fatalmente que el autismo es algo infantil, a los 18 retiraron diagnósticos sin permiso.
Les roban los zapatos y les fuerzan a caminar por la vida pisando descalzos las ascuas.
Al ir a que te reevalúen negando tajantemente todas tus limitaciones pasadas (superadas con sacrificio y esfuerzo), corres el riesgo de que cuando vuelvas a tener dificultades (porque las vas a tener, y gordas), ya no te crean, y te nieguen todo apoyo.
Como se suele decir, la frente sudada no cree en el invierno.
Al que sufre una crisis de fe en su propia condición: aprovecha este tiempo de tu vida en que eres feliz. Y deja quieto el diagnóstico; cuantos más autistas diagnosticados, más derechos para el colectivo.
Es muy común no identificarse con el autista de manual, porque no existe. Esto es lo que significa espectro.
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