miércoles, 16 de enero de 2019

"NO ESTOY DE ACUERDO"

No entiendo cómo, después de que autistas adultos expliquemos un asunto que nos concierne y del que nos hemos vuelto expertos, alguien pueda responder sin más:
NO ESTOY DE ACUERDO.

Si no estás de acuerdo, sigue preguntando. Seguiremos respondiendo mientras la ignorancia sobre el autismo siga destruyendo las vidas de miles de inocentes.

Si no estás de acuerdo, dinos por qué.

Así podremos estudiar quién partía de premisas equivocadas, y corregirlas más eficazmente en lo sucesivo.

Si te plantas en que no estás de acuerdo, has matado el diálogo.

Y luego te quejarás de que no hablemos.

miércoles, 9 de enero de 2019

Baldosas lisas, por favor


No suelo correr porque tendría que vigilar dónde piso y no podría concentrarme en mi respiración y en disfrutar la sensación.
Ciertas baldosas se hacen incómodas de pisar. Acabas frecuentando las aceras de estilo liso con tal de no clavarte tanto bajorrelieve en la planta de los pies.
Pero hoy se dio una agradable coincidencia.

¿Recuerdan cuando en Back to the future Marty se agarraba a las camionetas y así podía llegar a clase en monopatín? Yo nunca tuve tanto equilibrio, pero hoy hice mi propio Marty McFly a pie. Se me sumaron una cantidad considerable de energía, la prisa por llegar a un sitio, y mi costumbre de dar un saltito para subir algunos bordillos [ver nota 18/12/18].

Resulta que donde vivo hay una calle principal en la que las baldosas son completamente lisas y se va levemente cuesta abajo. No la uso para correr porque es una calle principal y siempre hay gente.
La última vez que corrí por ella, al pasar una esquina coincidí con un chico que caminaba de puntillas, y para no chocarme con él tuve que hacer una finta que ni Michael Jordan.
Pero esta vez, pegué un salto para pasar un bordillo alto, y antes de frenar la inercia vi que un adolescente en bicicleta descendía la calle unos metros delante de mí. Aprovechando el desnivel, me di cuenta de que corriendo detrás del ciclista podía bajar trotando ligero sin tener que pivotar cada tres pasos.

¡Fue una maravilla! La gente se apartaba para dejar pasar al chico de la bici y el sendero se mantenía abierto para mí. Por primera vez en mucho tiempo, pude correr con un control mesurado de mi respiración, sin preocuparme de estamparme con familias comprando cuando está todo lleno, ni de que me atraquen cuando está todo vacío, y sin clavarme la columna entera de Trajano en los pies.
Al mismo tiempo que disfrutaba de esta oportunidad, consideraba que podría estar incomodando al ciclista; pero en fin, cuando se detuvo a los 300 metros, yo seguí sin problema. ¡El colmo hubiera sido esperarme para hacer juntos el medio kilómetro!

¿Para repetir esta experiencia deberé quedar con alguien que me haga de quitanieves? No sé, no se me ocurre cómo pedirlo sin que suene raro.
Igualmente, gracias a las bicicletas que bajan despacio por las calles de baldosas lisas.


=D

sábado, 5 de enero de 2019

Trastornos de sueño

Tengo cierto trastorno del sueño (más concreto, del ritmo circadiano), que desde siempre me ha hecho tener las horas de sueño cambiadas.
Para mi cerebro, un día dura un poco más de lo que dura un día, y por muchos despertadores que me ponga, o muchas cosas que tenga que hacer por la mañana, a los pocos días necesitaré dormirme más tarde.
Si sigo este horario cada vez más noctámbulo de forma natural, descansaré bien. Estaré fresco dentro de lo que cabe, porque también sufro la ansiedad del temor a faltar a un compromiso. Sin embargo, si me ciño a un horario racional, día tras día iré perdiendo horas de sueño, sin importar a qué hora me acueste. La somnolencia matinal se me contagiará también a la tarde, y sentiré mi vida como una película que ni siquiera es entretenida.
A lo largo de toda mi vida, uno de los horarios más regulares y estables que he tenido es el de dormir aproximadamente desde las 3 de la madrugada hasta el mediodía. Pueden pasar semanas sin que se me desplace el horario.
Pero por supuesto, al menos un día a la semana suelo tener actividades temprano, y acabo sufriendo JET LAG durante media semana.
La otra opción para levantarme fresco es levantarme antes del amanecer y acostarme hacia las 21:00. Pero en España no abren nada que me importe hasta varias horas después del amanecer, y para cuando han abierto, ya me entra el bajón mañanero de las nueve.
Una vez adquiero la rutina, no me cuesta levantarme ya sea antes del amanecer o al mediodía. Pero siempre me ha sido imposible levantarme bien en las horas de enmedio. A eso de las ocho, nueve o diez sólo tengo dos opciones: tengo que haberme levantado ya, o tengo que estar durmiendo todavía. Leí en una página de cosas cósmicas de la India que son unas horas de tomárselo con calma (y los hinduístas no se equivocan, porque en las películas de Bollywood siempre bailan recién amanecido o ya por la tarde).
Además, para acostarme a las 21 tendría que empezar a sentir sueño a las 18, y yo tengo mis actividades sociales más importantes de 18 a 22.
Habrá quien opine... estupideces. Yo les aseguro que no depende de mí.
Tampoco creo que sea sano correr todos los días 32 kilómetros para caer rendido a la cama. Eventualmente, llegará alguna cena para la que necesite estar fresco. Y tomaré un refresco, porque hay que celebrar el cumple de Jesús y no suelo tomar alcohol. Y así volveré otra vez a mi vieja y confiable rutina de búho.
Además, la madrugada es el único momento del día en que puedo disfrutar del silencio y siento la seguridad de que empiece lo que empiece, no me interrumpirán.
Y si bien a las personas extrovertidas el café les despierta por la mañana, ¡a las introvertidas nos despierta por la tarde! Y no hay nada como sentirte despierto e inteligente aunque sea unas horas al día.

jueves, 3 de enero de 2019

Procesamiento auditivo

De niño nunca quería ir a la iglesia porque la acústica del micrófono estaba mal calculada. El eco del cura reverberaba por doquier, yo no entendía una sola palabra, y los mediodías de los domingos se me hacían una eternidad. Ni siquiera sabía cuándo tenía que levantarme, sentarme o dar la mano.
¿Tenía algún tipo de sordera? No, al contrario, siempre he oído más que los demás. Sin embargo, a veces una persona puede tener un oído agudísimo, unos tímpanos afinados hasta decir basta, y unas orejas tan limpias que deslumbren a los cuervos; pero igual no captar bien las palabras por fallos en su procesamiento auditivo. Es decir, lo que convierte lo que has escuchado en información inteligible.
Pienso que mi procesamiento auditivo no está tan mal como el de otras personas. Por ejemplo, un antiguo conocido no podía entender lo que le decías si justo al hablar pasaba un coche. Ni siquiera un coche ruidoso. Un coche cualquiera, sólo con pasar ya solapaba mis frases.
Pero quizá lo pienso porque evito activamente los sitios donde mi procesamiento auditivo se ve puesto a prueba. Es un desgaste de energía considerable, nuestras "spoons" (o cucharas) no son infinitas y no siempre tenemos el lujo de poder gastar tan alegremente.
También por esto podemos pedir a los amigos que en lugar de llamarnos, nos envíen mensajes de texto. Preferimos la claridad de comunicación por encima de la inmediatez.
Ya suceda muchas o pocas veces, te toca la moral no poder entender a la gente en cuanto pongan música, hablen demasiadas personas cerca o tengas algo de stress.

Para profundizar en las consecuencias cotidianas de esta desventaja, pondré un ejemplo cinematográfico.
Imaginemos una película. En una escena, una pareja está cenando en un restaurante. Como es una película, aunque la cámara esté un poco lejos podemos oír la conversación de nuestros dos personajes, y solamente la suya. Las palabras que se intercambian los demás comensales no se distinguen, y sus murmullos sólo sirven para dar un ambiente de confianza.
En la vida real, el cerebro requiere emplear unos filtros auditivos para no mezclar la conversación de nuestra mesa con las de las mesas que nos rodean. Pero para una persona con un procesamiento auditivo menos fuerte, esos filtros no son automáticos; se tienen que hacer con esfuerzo y concentración.
Por cosas como estas, los autistas nos agitamos mucho cuando alguien de otra mesa pega un grito. Nuestros filtros auditivos ya estaban al 100%, y aun así han roto nuestra concentración y nos costará reequilibrarla. También por eso la escuela nos parece un infierno y a veces llega un momento en que perdemos toda nuestra concentración a medio plazo [ver Burnout].
Ahora imaginen que en esa película la pareja está susurrándose palabras de amor. Oh, cuánta ternura en la forma de vocalizar. Oh, ese modo de transmitir cariño incluso en el modo en que sueltan el aire para hablar. Y de repente, una señora en la mesa de al lado se pone a tirarse pedos. ¡La escena más romántica de la historia!
Pues ese es el día a día de muchas personas, que no podemos centrarnos en nuestra propia película porque también oímos las películas de los personajes vecinos; y en demasiadas ocasiones, esos vecinos ni siquiera comprenden que están estropeando el tono de lo que podría ser una historia perfecta.



Canciones VS Procesamiento Auditivo
---------------------------------------------------

Siempre he captado una infinidad de matices en la música. He tenido auténticos "eargasms" en un solo de guitarra inesperado, en un contrapunto en el momento preciso, etc.

Lo gracioso es que, de niño, muchas veces no entendía las letras de las canciones. No por problemas de oído, sino por mi trastorno de procesamiento auditivo.

Sumado al poco vocabulario que tenía aún, me parecía que las canciones decían cosas rarísimas; incluso dudaba que estuvieran en español.
Mis mayores dificultades para entender las letras venían de las canciones de Mecano.
Creo que el último grupo en español con el que he tenido problemas de procesamiento auditivo ha sido con Mägo de Oz, por la manía de cambiar las acentuaciones de sitio para que unos versos ya hechos por un lado cuadren con una melodía ya hecha por otro.
http://repetidorbachiller.blogspot.com/2011/12/17-y-8-sistole-y-diastole.html

Así, con el paso de los años he vuelto a escuchar canciones a los que le había inventado la letra en una parte y me hace gracia que mi versión me siga pareciendo mejor.
Por ejemplo, en la película de Disney "Aladdin" (doblaje de España), el protagonista canta sobre su alfombra mágica que "el mundo es un lugar para soñar". Pero el recuerdo que yo guardaba era que "el mundo es un lugar transicional".
¡Tenía mucho más sentido! ¿Qué más queda por soñar en un mundo de princesas, genios y alfombras mágicas? ¡Mejor darle a la peli tintes filosóficos!

Hoy en día, me preguntan por qué escucho música de series japonesas, si no se entienden.
Porque nunca me ha importado la letra. De hecho, en ocasiones he dejado de oír ciertas canciones en cuanto he sabido qué estaban diciendo.

Termino con enlaces a canciones o remezclas en las que la letra es lo de menos y sólo tienes que gozar la combinación de sonidos.

https://www.youtube.com/watch?v=4aa-d3_E86U

https://www.youtube.com/watch?v=OYZ5GfUYEBo

https://www.youtube.com/watch?v=Fpsrni-Kvsw

https://www.youtube.com/watch?v=JyQtmPmX0c0

https://www.youtube.com/watch?v=TcrcuLmwjys

https://www.youtube.com/watch?v=U13xOvDa19U

https://www.youtube.com/watch?v=1WuGo2Lb1YQ

https://www.youtube.com/watch?v=rUDwOM5WpIs

https://www.youtube.com/watch?v=u_QFFWPgKII