Aspergerlandia era un pequeño país que empezaba a medrar. Pero una mañana, todos los países de la Unión EuroTEA se fusionaron en uno solo. Ahora los antiguos aspies eran todos autistas.
Sin embargo, algunos aspies sintieron una nostalgia resentida porque ya se veían creciendo como colectivo pequeño, y ahora se sentían forzados a trabajar como un colectivo mucho mayor. Es decir, más difícil de controlar a título personal.
Hubo quien se aferró a nombres antiguos; quien no quería aceptarse como
autista. Hasta que vieron que los vecinos ya no les querían vender
patatas, por rancios. Y sin patatas, no podían cocinar patatas fritas.
¡Y las patatas fritas son una apuesta segura!
A largo plazo, incluso a medio, mejoraron las condiciones de todo el colectivo autista. Pues aquel vasto país estaba lleno de buenos vecinos. Sólo hacía falta serlo uno también.
A largo plazo, incluso a medio, mejoraron las condiciones de todo el colectivo autista. Pues aquel vasto país estaba lleno de buenos vecinos. Sólo hacía falta serlo uno también.
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