sábado, 30 de marzo de 2019

¡Hoy, un texto inspirador procedente del mundo al revés!


"El trastorno neurotípico se ha llevado a mis mejores amigos. Sus intereses se atenuaron hasta desaparecer. Su sarcasmo creció hasta volver imposible la comunicación fluida.
Para colmo, sus filtros sensoriales los han dejado medio sordos, y tengo que ser siempre yo quien los avise de que los están llamando por teléfono.

De niños eran normales, pero de repente empezaron a creerse alguien, como si una especie de personaje con ínfulas los hubiese poseído. No son capaces de distinguir su ego de su propia identidad. Dentro de este trastorno, es muy común que hablen del primer pensamiento que les cruce la mente, sin detenerse a sopesar las consecuencias. Esta pulsión a hablar sin pensar se convierte en un frenesí oral cuando varios neurotípicos se juntan. Pueden llegar a hablar más de tres al mismo tiempo, pero se indignan y reaccionan negativamente si no te unes a la conversación o si piensas antes de hablar. Entre ellos es norma interrumpirse, por lo que no dudarán en interrumpirte a ti también.
Pero no debemos olvidar que nuestros queridos angelitos no lo hacen con mala intención. Es que no dan para más, los pobres.
Debemos hacer lo que esté en nuestra mano, y tomar la responsabilidad que tenemos como autistas, porque como los neurotípicos viven faltos de conciencia, nosotros debemos ser su voz.

A veces no puedo más, y grito bien fuerte: "¡Oh, neurotipidad, cuánto te odio!"
Pero eso sería rendirse, y los neurotípicos nos necesitan más que nunca. Y más esta semana, que se conmemora su día mundial y vamos a salir a la calle vestidos con camisetas de Kanye West y sumidos en un respetuoso silencio, como creemos que a ellos les gustaría.

Tenemos que enfrentarnos a la neurotipidad con todas nuestras fuerzas, para volver a vivir en armonía, como antes de que enfermasen."

lunes, 25 de marzo de 2019

FALSOS MITOS: las vacunas

La peste negra se propagó por medio de los piojos que portaban las ratas negras. Una falsa creencia aseguraba que asearse causaba la peste. Esto facilitó la transmisión de la peste negra a una escala exagerada.

El autismo no se propaga, no es una enfermedad, y mucho menos una epidemia. Tenemos más diagnósticos porque gracias a Dios ahora sabemos más sobre el espectro.

Pero... una falsa creencia ha estado asegurando durante los últimos años que las vacunas causan autismo. Hay gente que prefiere tener un hijo muerto antes que uno que requiera apoyos especializados.
El movimiviento antivacunas ha proyectado su odio y su ignorancia, convirtiendo las dolencias derivadas de la falta de apoyos adecuados en enfermedades reales.

Bueno. Pues para quien aún no haya leído las últimas noticias, las vacunas son lo que nos mantiene en el siglo XXI.
Los rasgos autistas empiezan a ser más obvios a la altura de ponerse la trivírica porque coincide con la edad adecuada para vacunarse. Los casos más obvios no se deben a que la vacuna haya logrado hacer en menos de un día una reestructuración completa del cerebro. Se debe a que quizá todavía confundas los rasgos autistas con los síntomas de stress en una persona autista.

https://www.eldefinido.cl/actualidad/mundo/2703/Las_vacunas_no_causan_autismo_Punto/

http://www.autismo.org.es/actualidad/articulo/las-vacunas-no-causan-autismo-0

https://theworldnews.net/es-news/un-estudio-zanja-la-relacion-entre-las-vacunas-y-el-autismo

https://contenidos.bupasalud.com/salud-bienestar/vida-bupa/vacuna-contra-sarampi%C3%B3n-paperas-rub%C3%A9ola-triple-v%C3%ADrica-o-mmr

https://www.nytimes.com/es/2019/03/07/vacunas-autismo-sarampion-antivacunas/

https://espanol.babycenter.com/a4500106/vacunas-y-autismo-distinci%C3%B3n-entre-la-realidad-y-la-ficci%C3%B3n

https://noticiasya.com/2019/03/05/la-vacuna-mmr-no-causa-ni-eleva-riesgo-de-autismo-confirma-otro-estudio/

http://pediatrica.org/no-la-vacuna-del-sarampion-no-causa-autismo/

https://www.univision.com/noticias/salud/la-vacuna-triple-no-causa-autismo-lo-confirma-de-nuevo-un-representativo-estudio

https://www.diaridetarragona.com/noticias/Un-nuevo-estudio-confirma-que-la-vacuna-triple-virica-no-causa-autismo--20190307-0045.html

https://www.bebesymas.com/salud-infantil/vacuna-triple-virica-no-provoca-autismo-nuevo-estudio-vuelve-a-confirmarlo

https://www.bebesymas.com/salud-infantil/causa-autismo-la-vacuna-triple-virica-un-estudio-de-ninos-con-hermanos-con-y-sin-autismo-da-respuesta

sábado, 23 de marzo de 2019

El verdadero contacto visual


Imagina nacer en un mundo donde todas las personas se acarician los hombros siempre que hablan. Que los profesores acarician los hombros de todos los alumnos al hablar. Que al ir a la cafetería, el camarero te sirve el café y te acaricia los hombros.
Aunque sea un contacto inocuo en sí, ¿verdad que distrae? ¿Verdad que se hace violento?
Por eso los autistas mayormente no miramos a los ojos, o usamos trucos para que los demás crean que estamos mirando a los ojos. Pero la realidad es que en el mejor de los casos nos parece una distracción, y en el peor de los casos nos parece un contacto demasiado íntimo.


Si tu peque no mira a los ojos, no significa que no escuche. Probablemente esté traduciendo tus palabras a nuestro propio lenguaje, abstracto, visual. Del mismo modo que cuando no recuerdas una palabra tus ojos se van a otro lado, cuando hacemos esta traducción no podemos estar mirándote. Y menos aún cuando tu mirada nos hace daño.
No nos hacen daño todas las miradas, pero cuando nos topamos con una que nos pone de los nervios, no se nos puede exigir que sigamos hundiéndonos en el stress.

El verdadero contacto visual es el que surge de una conexión emocional sincera, no de que nos estén sujetando la cabeza.

jueves, 14 de marzo de 2019

Ojos que dan miedo


A veces, los ojos dan repelús.

La semana pasada, al final de mi taller de teatro, estábamos recogiendo; cuando, durante apenas un segundo, vi algo inquietante. Al instante supe qué era, pero igualmente me pareció tétrico.
La puerta lateral del escenario estaba entreabierta, y por una estrecha rendija nos observaba inmóvil un hombre alto. Un solo ojo, observando desde el otro lado de la puerta.


¿Han visto la versión japonesa de The Ring (1998)? Me recordó a aquel ojo asomado entre las guedejas de cabellos oscuros.
Bueno, también a esa famosa estatua hiperrealista de la Mujer Pájaro (de donde sacaron el hoax de Momo), pero sólo porque ha estado muy de moda.

En el mismo instante en que vi el ojo observando fijo por la rendija, supe quién era. Era el marido de una de mis compañeras, que siempre la viene a recoger y estaba viendo si ya habíamos terminado. Pero hay algo más rápido que la mente, y eso es el instinto. Y si ese ojo me dio ñáñaras aun sabiendo quién era esa persona y cuán bellísimas eran sus intenciones, ¿cuánto más horror podremos sentir los autistas cuando no estamos seguros?

Es lícito no mirar a los ojos de otra persona si nos provoca ansiedad.
Es lícito no mirar a los ojos de otra persona si acabamos de salir de un seminario intensivo y el profesor avanzaba tan deprisa que nos provocó un shutdown.
Es lícito ser realistas con nuestras energías. La comunicación más adecuada es la que nos permite mantenernos en nuestra propia onda.

lunes, 11 de marzo de 2019

Entre la niñez... y la niñez impuesta


La adolescencia para los aspies suele ser un infierno.

Sientes más instinto de manada que nunca y los de tu edad te marginan más que nunca.

No puedes aprender normas sociales con nadie porque los adultos están en su mundo y los adolescentes tienen un doble juego de normas: entre ellos cumplen con todas las reglas, pero si tú haces exactamente lo mismo, te miran como si les hubieras puesto en un compromiso violento. Se quedan callados al verte, o alzan la voz si intentas hablarles.

Los adultos no tienen ni idea, te tratan como a un niño. En el mejor de los casos, te tratan como si tuvieras una discapacidad intelectual. En el peor de los casos, te ven como una fuente de inspiración. "¡Es un luchador!"

 Y entre la gente de tu edad no hay nadie lo suficientemente interesante como para que valga la pena esforzarse en conocerlo; y lo peor es que los adultos siguen insistiendo en que lo sigas intentando, cuando cada intento acabará con una situación más humillante aún.