domingo, 5 de noviembre de 2017

¿Arrogantes?

Creo que los que nos ven así se equivocan precisamente por interpretarnos desde el prisma neurotípico.
Ellos ya tienen todo adaptado a sus costumbres, por lo que no tienen que luchar por sus necesidades ni llamar la atención a quien pisotea los acondicionamientos del entorno en los que nosotros tenemos que trabajar en cada ocasión.
Así, cuando les llamamos la atención por irrumpir despreocupados y sin prestar atención al contexto (piensan que por defecto es el suyo), piensan:
"¿Cuándo trataría yo a otro así? ¡Ah, si fuese un egoísta exagerado! ¡Pues le voy a bajar los humos! ¡Que no se crea que puede llevarse a todos a su terreno!"
De ese modo, nos arrastran a su terreno con una insistencia inusitada que nosotros vemos como egoísmo y ceguera emocional, porque sólo estábamos adecentando un contexto con nuestras concepciones de justicia y de auténtica empatía y respeto.

Por otro lado, también entre aspies puede ocurrir.
He conocido a alguien del espectro que se comporta parecido a mí cuando era adolescente y me llamaban arrogante cuando corregía a alguien que no conocía mi parte de la verdad común. Gracias a saber ver esto, he podido anular un prejuicio y pensar que, hasta que no lo conozca mejor, es probable que sus razones sean distintas a las mías de ahora, pero igualmente respetables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario