____________________________
Este texto surgió como respuesta a una madre que preguntaba por qué su hijo de 4 años hacía estereotipias visuales con una cinta, y cómo impedirlo y redireccionar sus juegos a algo más funcional, porque su terapeuta no lo veía sano.
Esos juegos son beneficiosos e importantes para él. A veces cabe imaginar cosas, otras veces hacerlo es un gozo de por sí. Es una actividad significativa por sí misma, no tiene por qué simbolizar cosas, ni falta que hace.
¿Por qué ocurre esto? Esto ocurre porque las cintas son vistosas. Los autistas podemos divertirnos imaginando que se convierte en otra cosa, o simplemente tocándolas, o mirándolas al trasluz.
Hay mil maneras de convertir un objeto ignorado por todos en un juguete o en una herramienta de estimulación.
Te han dado un consejo de los típicos terapeutas que cuando se sacan el título dejan de estudiar y de poner al día sus materias. Eso es lo que se creía antes. Esos "consejos" de arrebatarnos todos los objetos que nos hagan felices viene de la ignorancia. Se basan en que más tarde en la escuela vamos a jugar de un modo distinto, y los niños alistas puede que nos vengan a acosar.
Fíjense: trasladan la responsabilidad de la exclusión social a la víctima.
La premisa acaba siendo: fingir ser neurotípicos.
Es una premisa del utilitarismo más capacitista, que nos impide desarrollarnos de una manera verdadera. Nadie puede fingir para siempre, ni hacer cosas insulsas porque su propia madre le ha escondido todo aquello que le hace feliz.
Lo de redireccionar nuestras actividades a algo más funcional, otra vez, proviene del utilitarismo. Pero partiendo de esto, bien podríamos ir a los museos y quemar todos los Velázquez, los Goya y los Rubens porque no sirven para nada funcional y no hacen más que distraernos del trabajo.
Cuando tu hijo se sienta preparado para hacer cosas en sociedad, lo hará. Y lo hará con curiosidad, con auténtico interés por aprender. Porque ya habrá hecho suficientes experimentos con las cintas y con todos los objetos que le inspiren un sano misterio.
Irrumpir en su curiosidad no le enseñará otra cosa que a fingir cuando estés delante. O peor aún, mentirse a sí mismo y dejar morir su propia identidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario