lunes, 23 de julio de 2018

¡Baila, baila, maldito!

El baile es una forma de expresión muy personal e incluso íntima. Gente autista como yo puede bailar en entornos de confianza y/o de amor. Bailar para uno mismo. Bailar para alguien especial en privado. Pero bailar entre multitudes puede ser desagradable, sobre todo cuando alguien te fuerza a ello.
No sabes en qué rincón protegerte de las estampidas de bueyes y de los alaridos de los altavoces.

Es muy violento que los demás esperen de ti que hagas algo tan íntimo delante de todos. Es una violación de la propia autonomía corporal.

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