Hay quien evita acercarse a los grados de discapacidad alegando que lo suyo no es discapacidad. En ciertos países es lógico, ya que reina el capacitismo y se niegan accesos porque sí. Otras veces es por tener una concepción de la discapacidad anticuada.
Pero el grado de discapacidad es un apoyo y un derecho necesario. Así se obtienen adaptaciones y acomodaciones para poder estar en ciertos ámbitos a la misma altura que los demás. ¿Prefieren tener que hacer todo el esfuerzo, o un poco de justicia social?
No escuchen al ego: la discapacidad no es inferioridad, no es rendirse; es todo lo contrario, es aceptarse y poder conocerse para trascender en el día a día.
Primero habrá que amarse para poder interactuar con los demás, y con la negación nada de eso es posible.
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