jueves, 30 de agosto de 2018

Preguntas trampa

TW: derecho de pernada, conductismo.



Más que no entender las preguntas, los autistas entendemos las preguntas sin prejuicios inherentes.

En los tiempos en que los reyes recurrían al derecho de pernada, nosotros diríamos que está muy mal y es una canallada. Sin embargo, los súbditos decían que el rey es la ley y todo está bien. Un autista considera que un rey coherente sería justo. Luego un hombre injusto no es rey, solo un violador.
Entonces, cuando un súbdito preguntaba si te parecía bien que el rey ejerciera el derecho de pernada, en realidad no estaba preguntando las palabras que pronunciaba. Estaba preguntando si eras del club, si te sometías a su rey; una trampa semántica. Y si un autista respondía que era una canallada, lo que hacía era responder lo que se le preguntó, no la pregunta escondida.

Saber reconocer la pregunta trampa es útil para sobrevivir, pero no se nos debería reprochar como si fuera un insulto a los demás o tratarlo como un trastorno. Porque partiendo de esa premisa, yo podría decir ahora que existe una epidemia de Trastorno de Disforia Semántica, según el cual la gente piensa en una cosa y dice otra, o el Síndrome del Albur Crónico, por el que ciertas palabras incluyen un significado pervertido.

Al final estas diferencias de conceptos se basan en cuántos memes (en su sentido científico) compartes con tu entorno. De aquí viene el concepto de neurotribu.

Entre los neurotípicos, para ahorrar tiempo, meten significados dentro de conceptos dentro de otras ideas para no tener que andar inventando el mundo a cada rato. Pero es como meter cajas de la mudanza en el cuarto trastero, que al final olvidamos qué había ahí. De modo que al hacer una pregunta, utilizan palabras que en el fondo aluden a otra cosa que se supone que los demás también tienen que saber. Pero como los autistas en general no leemos el pensamiento (ojalá), respondemos lo que se nos ha preguntado. Nosotros no tenemos por qué tener un prejuicio asociado a cada asunto.

El problema, para resumirlo, es que nuestra forma de pensar es todo lo contrario a lo que lleva décadas implantando en sociedad el conductismo.
El conductismo ha normalizado el esperar de otras personas un comportamiento predecible y acotado en unas normas que hace décadas tenían sentido pero ahora sólo obstaculizan el avance social.
En cambio, los autistas venimos a responder de verdad lo que se nos pregunta, y a inventar nuevas formas de hacer las cosas.
Por mi mente visual, me paso todo el día trabajando con las palabras adecuadas para cada contexto. Me parece injusto que tantos neurotípicos digan lo primero que les salte a la boca y encima se enfaden cuando yo no entiendo lo mismo que estaban pensando.

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