jueves, 14 de noviembre de 2019
Los tres ositos
A modo del cuento de Ricitos de Oro, hoy hablé con tres personas y con cada una la interacción fue muy distinta.
La primera era un hombre con unos ojos que me daban ansiedad. En realidad era un tipo bastante afable, pero la textura de sus iris me saturaba. Recurrí al Plan B: mirarle a la boca para no apartar la mirada de modo rotundo. ¡Aaaamigo, pero tenía los dientes espantosos!
Tuve que recurrir a desenfocar mi vista. Espero que no bizquease.
La segunda era una señora cuyos ojos no me daban miedo, pero me hablaba demasiado cerca y me daba impresión verle la cara en 4K. De nuevo recurrí al Plan B, pero al lado de la boca tenía una verruga con vello y por mirarle esa zona la incomodé hasta el punto de taparse media barbilla.
El entrecejo tampoco le podía mirar, porque era extrañamente liso y me distraía del tema de conversación. ¿Cómo podía tenerlo tan liso?
La tercera fue otra señora. Con ella no me importó nada si miraba acá o acullá, porque era alguien con quien se podía hablar.
Yo me acerqué y saludé para saber quién era ella y los dos adolescentes que la acompañaban. Después ella me dio la acotación de que también me debía presentar. Cuando se hacen estas indicaciones de modo natural, sin acritud y sin darle peso, es más sencillo mantener el ritmo en la comunicación.
Por supuesto, los dos adolescentes enseguida se salieron de la conversación por mera actitud; en los jóvenes se transpira la incomodidad ante lo extraño, y ello incomoda a su vez. No pude evitar expresar esta contrariedad con mi cuerpo, pues todo yo me torcí mirando hacia el lado donde no estaban los no interesados.
Esta mujer se supo portar, y me dio algún pie más para continuar. Llegué a sentirme tan cómodo que podía hacer referencias explícitas a mi incomodidad, si algo así se puede hacer. Una especie de AWKWARD aceptado, visto desde fuera de uno mismo.
Me encanta poder verme como un personaje, así me puedo permitir cometer más errores y aprender mejor.
Lo contrario sería no acercarme.
lunes, 11 de noviembre de 2019
¿Nuevo nuevo logo?
Ayer en el colegio electoral vi esos logos poligonales de buenas intenciones que toman nuestro símbolo nuevo pero continúan empleando el color azul del estigma.
Me acerqué a leer algunos carteles impresos que había al lado de cada uno. Se centraban en nuestras limitaciones. Eran carteles dirigidos a no autistas, para que hagan concesiones.
Buenas intenciones.
viernes, 6 de septiembre de 2019
2 ejemplos de necesidades válidas
A quienes siguen creyendo que el autismo es una cosa reciente, la semana pasada vi dos personas a las que ni siquiera hubiera sido capaz de percibir si no supiese lo suficiente del tema.
Primero vi a una niña que estaba con su familia en una feria medieval.
Había montado un aparato forrado de madera. Un joven vestido de vasallo
giraba una manivela que a su vez impulsaba una cortina circular de
sillas voladoras. Los niños giraban a medio metro del suelo.
Esta niña celebraba la diversión. Disfrutaba tanto, que las manos le aleteaban. Me gustó ver que su familia veía esta manifestación de sus emociones como lo que era: los gestos de una niña que se divierte.
Pocos días después, salí a caminar al campo. Un hombre se incorporó al camino desde otro sendero, y lo tenía a bastantes metros por delante. Al dejar de ser visibles las casas, vi cómo sacaba unas llaves de metal y se las acercaba al oído para agitarlas. Por supuesto, para ser discreto y no importunarlo con mi presencia, me desvié en el siguiente sendero que torcía.
Nunca había visto a este hombre, pero es significativo que se sienta en la necesidad de alejarse a senderos apartados para poder escuchar tranquilo el tintineo de su manojo de llaves.
Esta niña celebraba la diversión. Disfrutaba tanto, que las manos le aleteaban. Me gustó ver que su familia veía esta manifestación de sus emociones como lo que era: los gestos de una niña que se divierte.
Pocos días después, salí a caminar al campo. Un hombre se incorporó al camino desde otro sendero, y lo tenía a bastantes metros por delante. Al dejar de ser visibles las casas, vi cómo sacaba unas llaves de metal y se las acercaba al oído para agitarlas. Por supuesto, para ser discreto y no importunarlo con mi presencia, me desvié en el siguiente sendero que torcía.
Nunca había visto a este hombre, pero es significativo que se sienta en la necesidad de alejarse a senderos apartados para poder escuchar tranquilo el tintineo de su manojo de llaves.
miércoles, 26 de junio de 2019
Sesgo cognitivo, o la incomprensión que se aferra
Tras meses frecuentándolos, dejé los grupos de autismo de facebook. En alguno incluso moderaba.
Se hace agotador orientar a la gente hacia la comprensión de temas que importan a la mayoría de los autistas, cuando los contenidos que apuntan a las verdaderas explicaciones y a la aceptación se pierden entre carteles inspiradores que cambian de manos el centro de la cuestión, o entre mil dudas sobre medicamentos para suprimir nuestras expresiones de euforia o malestar.
He aquí una paradoja.
En el mejor de los casos, los padres perdidos no saben qué pensar de sus hijos. Y digo el mejor de los casos porque si no saben, van a preguntar.
No obstante, los padres que (piensan que) sí saben, son los que tratan de proseguir los viejos modos de educar que tantas almas ha destruido. Es decir, los que cuando los autistas adultos aportamos nuevas informaciones nos dicen que eso no es así.
Pasó hace poco con el Día del Orgullo Autista, el 18 de junio.
Es lógico que las personas que no leen blogs de autistas adultos (la mayoría están en inglés) no estén al corriente de este día y pregunten "¿no era el 2 de abril? ¿El símbolo no era un puzzle?"
Como dije, entra dentro de lo razonable, ya que el simbolo del arcoíris infinito es relativamente nuevo.
Pero no todos los padres son razonables. Cuando una Mamá Azul carga con prejuicios sociales, aclararles asuntos sobre el autismo se traduce en dar ponencias sobre derechos humanos.
Nos vemos obligados a desempolvar a Darwin para que no nos llamen exagerados cuando hablamos del concepto de mutación.
Nos vemos arrastrados a buscar entre viejas leyendas británicas sobre los Changeling para que nos crean cuando decimos que lo que ahora llamamos autismo siempre ha existido, lo que es reciente es todo este stress cotidiano.
Y si la información sustentada que aportamos no se parece a la opinión que traían por la mañana, replican citándote a doctores que lucran a costa de nuestro sufrimiento. Prefieren creerse la enésima conspiración farmachunga antes que aceptarnos como personas igual de respetables.
Es el sesgo cognitivo.
Mis conceptos previos condicionan mi comprensión, y si los primeros están equivocados, los segundos no serán mucho mejores.
Pedimos a las personas que entren a los grupos sobre autismo que entren con voluntad de aprender; de cuestionarse si lo que sabían lleva a un mundo mejor o es la misma miseria de siempre.
Porque si entras a un grupo de autismo solamente con ganas de que te digan que tienes razón y que te sacrificas mucho, entonces ese grupo no es sobre autismo. Es sobre ego. Y el ego bloquea toda información trascendente.
Ustedes van a salir igual que entraron, pero sus hijos van a sentirse cada vez más aislados, porque en ningún momento las cuestiones trataron sobre ellos.
En el fondo, lo que se busca aprender o transmitir al frecuentar un grupo sobre autismo es enseñar cómo pensamos los autistas.
La aceptación no significa dejar las terapias que sirven para organizarse mejor las tareas. La aceptación también es comprender que tenemos ideas nuevas, y mientras se aferren a lo antiguo estarán invalidando nuestros esfuerzos.
¿Cómo se llama al saboteamiento sistemático de todo esfuerzo por alcanzar un equilibrio emocional?
Tortura.
Sin embargo, ¿cómo llaman en algunos de estos grupos al momento en que nos resignamos a dejar de mostrar con orgullo nuestros rasgos naturales por miedo a que nadie nos ame?
Cura.
Se hace agotador orientar a la gente hacia la comprensión de temas que importan a la mayoría de los autistas, cuando los contenidos que apuntan a las verdaderas explicaciones y a la aceptación se pierden entre carteles inspiradores que cambian de manos el centro de la cuestión, o entre mil dudas sobre medicamentos para suprimir nuestras expresiones de euforia o malestar.
He aquí una paradoja.
En el mejor de los casos, los padres perdidos no saben qué pensar de sus hijos. Y digo el mejor de los casos porque si no saben, van a preguntar.
No obstante, los padres que (piensan que) sí saben, son los que tratan de proseguir los viejos modos de educar que tantas almas ha destruido. Es decir, los que cuando los autistas adultos aportamos nuevas informaciones nos dicen que eso no es así.
Pasó hace poco con el Día del Orgullo Autista, el 18 de junio.
Es lógico que las personas que no leen blogs de autistas adultos (la mayoría están en inglés) no estén al corriente de este día y pregunten "¿no era el 2 de abril? ¿El símbolo no era un puzzle?"
Como dije, entra dentro de lo razonable, ya que el simbolo del arcoíris infinito es relativamente nuevo.
Pero no todos los padres son razonables. Cuando una Mamá Azul carga con prejuicios sociales, aclararles asuntos sobre el autismo se traduce en dar ponencias sobre derechos humanos.
Nos vemos obligados a desempolvar a Darwin para que no nos llamen exagerados cuando hablamos del concepto de mutación.
Nos vemos arrastrados a buscar entre viejas leyendas británicas sobre los Changeling para que nos crean cuando decimos que lo que ahora llamamos autismo siempre ha existido, lo que es reciente es todo este stress cotidiano.
Y si la información sustentada que aportamos no se parece a la opinión que traían por la mañana, replican citándote a doctores que lucran a costa de nuestro sufrimiento. Prefieren creerse la enésima conspiración farmachunga antes que aceptarnos como personas igual de respetables.
Es el sesgo cognitivo.
Mis conceptos previos condicionan mi comprensión, y si los primeros están equivocados, los segundos no serán mucho mejores.
Pedimos a las personas que entren a los grupos sobre autismo que entren con voluntad de aprender; de cuestionarse si lo que sabían lleva a un mundo mejor o es la misma miseria de siempre.
Porque si entras a un grupo de autismo solamente con ganas de que te digan que tienes razón y que te sacrificas mucho, entonces ese grupo no es sobre autismo. Es sobre ego. Y el ego bloquea toda información trascendente.
Ustedes van a salir igual que entraron, pero sus hijos van a sentirse cada vez más aislados, porque en ningún momento las cuestiones trataron sobre ellos.
En el fondo, lo que se busca aprender o transmitir al frecuentar un grupo sobre autismo es enseñar cómo pensamos los autistas.
La aceptación no significa dejar las terapias que sirven para organizarse mejor las tareas. La aceptación también es comprender que tenemos ideas nuevas, y mientras se aferren a lo antiguo estarán invalidando nuestros esfuerzos.
¿Cómo se llama al saboteamiento sistemático de todo esfuerzo por alcanzar un equilibrio emocional?
Tortura.
Sin embargo, ¿cómo llaman en algunos de estos grupos al momento en que nos resignamos a dejar de mostrar con orgullo nuestros rasgos naturales por miedo a que nadie nos ame?
Cura.
sábado, 22 de junio de 2019
"Halloween" y el capacitismo
El año pasado tenía muchas ganas de ver la nueva película de Halloween. La primera de los 70, salvo por algún detalle que ha envejecido mal, estuvo bastante respetable.
Acabo de intentar ver la de 2018 y la he tenido que quitar. Los prejuicios capacitistas de los años 70 duelen más cuando siguen apareciendo casi medio siglo después.
Voy a centrarme en la secuencia de inicio.
Empieza con unos periodistas... Bueno, ni eso, más bien son unos aprovechados que no tenían otra cosa que hacer que grabar un podcast a costa de los demás.
Resulta que entran a un psiquiátrico a entrevistar al asesino de la primera peli. Dan a entender que es de lo más terrorífico que haya estado sin hablar una sola palabra durante años. Como el asesino no responde a sus provocaciones, sacan la máscara con la que en su día se cargó a todas las rubias.
O sea, primero le llaman monstruo por no hablar. Podrían llamarle monstruo por andar matando gente, pero lo que les provoca rechazo es que no habla. Y encima pretenden causarle ansiedad a propósito.
Yo entiendo que esto es parte de la psicología de estos furcios de la grabadora. Que está mal hacerlo e igualmente es una crítica velada a las malas prácticas de ciertas instituciones. Igualmente me parece que se pasaron porque en el mismo lugar donde sucede el intento de entrevista hay otros pacientes. Les ponen de locos, pero todo lo que hacen me parece justificado.
El que se fija mucho en los cordones de los zapatos lleva un paraguas aunque en el patio no llueve. ¡Lógico, está ahí atado a la intemperie, el sol le molesta!
El que se asusta mucho cuando sacan la máscara grita muy fuerte. ¡Normal que grite, es una máscara toda raída y descolorida de William Shatner! Yo también gritaría si me sacasen una careta de un acólito de Autism $peaks, seguro que ese tipo está encerrado por culpa de sus campañas de desinformación.
Para colmo, nos enseñan a otro preso que se tapa los oídos como si eso fuera de desequilibrados. ¡Normal que se tape los oídos, porque además de los gritos, un perro se ha puesto a ladrar!
Todo esto hubiera sido pasable si no hubieran dicho al rato que lo mejor para otro trastorno era la terapia conductual. Además, a partir de ahí sólo me presentaban pubertos inmaduros. Pasé.
No creo que para escribir guiones de ficción sea imprescindible volverse experto en todos los temas referidos. Pero sí creo que tienes una responsabilidad hacia el público. No puedes repetir los mismos prejuicios con distinto collar.
En muchas ocasiones, personas cuyo único problema es que no soportan ciertos sonidos son arrestados porque un desconocido con prejuicios llamó a la policía. Recordemos la primera película de Rambo, y cómo él sólo quería tomarse algo y proseguir su viaje.
Por mucho que se excusen en ser historias de entretenimiento, estos guiones están escritos con una estrechez de miras que pone en peligro a personas de verdad.
Empieza con unos periodistas... Bueno, ni eso, más bien son unos aprovechados que no tenían otra cosa que hacer que grabar un podcast a costa de los demás.
Resulta que entran a un psiquiátrico a entrevistar al asesino de la primera peli. Dan a entender que es de lo más terrorífico que haya estado sin hablar una sola palabra durante años. Como el asesino no responde a sus provocaciones, sacan la máscara con la que en su día se cargó a todas las rubias.
O sea, primero le llaman monstruo por no hablar. Podrían llamarle monstruo por andar matando gente, pero lo que les provoca rechazo es que no habla. Y encima pretenden causarle ansiedad a propósito.
Yo entiendo que esto es parte de la psicología de estos furcios de la grabadora. Que está mal hacerlo e igualmente es una crítica velada a las malas prácticas de ciertas instituciones. Igualmente me parece que se pasaron porque en el mismo lugar donde sucede el intento de entrevista hay otros pacientes. Les ponen de locos, pero todo lo que hacen me parece justificado.
El que se fija mucho en los cordones de los zapatos lleva un paraguas aunque en el patio no llueve. ¡Lógico, está ahí atado a la intemperie, el sol le molesta!
El que se asusta mucho cuando sacan la máscara grita muy fuerte. ¡Normal que grite, es una máscara toda raída y descolorida de William Shatner! Yo también gritaría si me sacasen una careta de un acólito de Autism $peaks, seguro que ese tipo está encerrado por culpa de sus campañas de desinformación.
Para colmo, nos enseñan a otro preso que se tapa los oídos como si eso fuera de desequilibrados. ¡Normal que se tape los oídos, porque además de los gritos, un perro se ha puesto a ladrar!
Todo esto hubiera sido pasable si no hubieran dicho al rato que lo mejor para otro trastorno era la terapia conductual. Además, a partir de ahí sólo me presentaban pubertos inmaduros. Pasé.
No creo que para escribir guiones de ficción sea imprescindible volverse experto en todos los temas referidos. Pero sí creo que tienes una responsabilidad hacia el público. No puedes repetir los mismos prejuicios con distinto collar.
En muchas ocasiones, personas cuyo único problema es que no soportan ciertos sonidos son arrestados porque un desconocido con prejuicios llamó a la policía. Recordemos la primera película de Rambo, y cómo él sólo quería tomarse algo y proseguir su viaje.
Por mucho que se excusen en ser historias de entretenimiento, estos guiones están escritos con una estrechez de miras que pone en peligro a personas de verdad.
domingo, 16 de junio de 2019
¿Trastorno?
El autismo como tal, en sí mismo, no es un trastorno, sino un sistema neuronal más. Somos personas hiperespecializadas en tareas que también son importantes. Pero viviendo en un mundo configurado al extremo para la gente neurotípica, es normal que suframos y que no nos podamos adaptar a menos que se nos den concesiones.
El problema es que muchos llaman autismo a lo que en realidad son casos de stress grave en personas autistas.
Es decir, además de sumar el hecho de que hayan mejorado los métodos
médicos para diagnosticar adecuadamente, hay muchos más casos de
personas autistas con trastornos de sufrimiento y de desadaptación
porque nuestra sociedad es más enfermiza que nunca.
Hace siglos, cuando se criaban en un ambiente sano, la gente del espectro eran los estudiosos, los artistas, los monjes, los pastores, etc. Podían tener una función en la sociedad y no estaban rodeados de tantísimos estímulos agresivos. Aunque es cierto que hay muchísimos de los que nunca supimos porque los abandonaron o los ocultaron, y por eso la historia los olvidó.
Hoy en día, el abuso viene desde incluso por encima de los padres.
Por no hablar de la epigenética, por la que los hijos nacen sufriendo como si hubieran tenido las mismas experiencias que sus padres o abuelos.
En resumen, ahora hay más diagnósticos porque los profesionales están mejor preparados y lo que denominamos el espectro autista abarca más que cuando en autismo se refería puramente a los Kanner.
Pero igualmente, se siguen confundiendo supuestos síntomas del autismo con lo que en realidad son síntomas de stress en personas autistas.
Hace siglos, cuando se criaban en un ambiente sano, la gente del espectro eran los estudiosos, los artistas, los monjes, los pastores, etc. Podían tener una función en la sociedad y no estaban rodeados de tantísimos estímulos agresivos. Aunque es cierto que hay muchísimos de los que nunca supimos porque los abandonaron o los ocultaron, y por eso la historia los olvidó.
Hoy en día, el abuso viene desde incluso por encima de los padres.
Por no hablar de la epigenética, por la que los hijos nacen sufriendo como si hubieran tenido las mismas experiencias que sus padres o abuelos.
En resumen, ahora hay más diagnósticos porque los profesionales están mejor preparados y lo que denominamos el espectro autista abarca más que cuando en autismo se refería puramente a los Kanner.
Pero igualmente, se siguen confundiendo supuestos síntomas del autismo con lo que en realidad son síntomas de stress en personas autistas.
jueves, 30 de mayo de 2019
NIÑO [XXXXXXX] EN EL ÁREA
Comentario de esta noticia:
http://www.fox2detroit.com/news/local-news/mother-s-autistic-child-in-area-sign-defaced-changed-to-child-with-autism-in-garden-city
Una madre consigue que Detroit instale cerca de su casa una señal de tráfico que dice:
NIÑO AUTISTA EN EL ÁREA.
Un mensaje breve, directo y conciso, que aporta seguridad a la calle en caso de que el chico corra sin fijarse.
El lunes alguien había comprado cinta carretera a juego con la señal, se había subido a una escalera y había corregido el rótulo como "Niño con autismo en el área".
Este es otro ejemplo de cómo la gente que insiste en corregir a los demás con el lenguaje de "persona primero" no pone a las personas primero. Si así lo hicieran, se darían cuenta de que al alterar una señal de tráfico se dificulta su lectura inmediata, lo que puede acabar en el atropello del niño, que partiendo de esa premisa sería un niño con autismo, con traumatismo craneal y con muerte.
Se nace autista, se muere autista. Pero ante todo, se vive autista.
http://www.fox2detroit.com/news/local-news/mother-s-autistic-child-in-area-sign-defaced-changed-to-child-with-autism-in-garden-city
Una madre consigue que Detroit instale cerca de su casa una señal de tráfico que dice:
NIÑO AUTISTA EN EL ÁREA.
Un mensaje breve, directo y conciso, que aporta seguridad a la calle en caso de que el chico corra sin fijarse.
El lunes alguien había comprado cinta carretera a juego con la señal, se había subido a una escalera y había corregido el rótulo como "Niño con autismo en el área".
Este es otro ejemplo de cómo la gente que insiste en corregir a los demás con el lenguaje de "persona primero" no pone a las personas primero. Si así lo hicieran, se darían cuenta de que al alterar una señal de tráfico se dificulta su lectura inmediata, lo que puede acabar en el atropello del niño, que partiendo de esa premisa sería un niño con autismo, con traumatismo craneal y con muerte.
Se nace autista, se muere autista. Pero ante todo, se vive autista.
sábado, 18 de mayo de 2019
¿Dónde quedó el compromiso?
En la página Autista al aparato se habló de un tema que también me está afectando. Aunque no soy inocente al 100% y también he llegado a dar largas a algunas personas, he decidido tratarlo porque no soy el único con este sentir.
Últimamente me han fallado tantas veces seguidas que sólo me falta alzar un puño y gritar juramentos al aire.
Me han dicho que nos veríamos a la otra semana, y al llegar la otra semana, ni un mísero mensaje de cancelación.
Durante años he tratado de empezar proyectos artísticos y me han dado largas porque ya habían quedado para ir a una fiesta, cuando no hay mejor fiesta que trabajar con amigos.
Hace meses entré a un grupo para hacer proyectos audiovisuales y a las dos reuniones el grupo dejó de vivir como tal. Ni siquiera se disolvió. Sin más, dejaron de dar señales. Todos ocupados con otras cosas.
Paralelamente seguí con otro tipo de proyectos para mantenerme creativo, y también en esos proyectos me empezaron a dar largas; incluso cuando les preguntaba cuándo iban a entregar el texto que habían acordado, se atrevieron a darme una traducción automática de un texto robado de internet. No sólo me mintieron cuando se comprometieron, además pensaron que bastaría con engañarme para que me callase.
Mis dificultades con las funciones ejecutivas dependen de lo coherentes y "buenos" que sean mis compañeros de equipo. Digo "buenos" porque no creo que esto de fallar a una persona tenga que ver con la inteligencia, sino con el amor o respeto que le tengas.
Según mi percepción, si te digo que voy a quedar contigo, eso es lo que quiero decir: que voy a quedar contigo. Que voy a pensar en nuestro encuentro durante la semana, y que si alguien me propone un plan que coincida le voy a decir que no. Porque ya he quedado contigo. Ya me he comprometido. Sólo me podría olvidar de ti si no me importases.
¡Trataré de pensar en positivo!
Todas mis amistades son de otras culturas o neurodivergentes. No conecto bien con la típica persona occidental. No es falta de simpatía, es que me parece que en ellos la tradición y la identificación con las arbitrariedades de su cultura pesa por encima del corazón y la inteligencia, por lo que a efectos prácticos no han cambiado desde hace siglos ni piensan crecer. Además, están tan aferrados a su sistema que sabotean cualquier aporte que introduzca variables necesarias para la gente como yo. O sea, ni me hablan ni me escuchan. La comunicación depende de ellos, por lo que no se me permite entrar al juego a menos que sea sometido bajo sus condiciones.
Sabiendo pues que las personas con las que más conecto son las de otras culturas o neurodivergentes, ¿será que todos tienen TDAH y...? No, es porque no les importo tanto como ellos a mí. Es porque me dicen que participarán en mi proyecto para que me calle.
Salvo en ciertas personas que ya se han hecho valer a mis ojos, ahora mismo no me encuentro con fuerzas de confiar en el compromiso, la organización o la memoria de la gente en general.
Antes tenía fantasías en las que le proponía a alguien hacer un cortometraje, me decía que sí y lo hacíamos. Ahora estoy teniendo fantasías en las que le propongo a alguien hacer un cortometraje, me dice que sí y le obligo a firmar con cuatro testigos un contrato según el cual si se olvida me tiene que pagar cien euros.
domingo, 28 de abril de 2019
¿Debe un niño presentarse como autista en la escuela?
No sé qué hubiera hecho yo como niño de haber sabido cómo se llamaba mi condición. Pero esa actitud de contarla de primeras me parece sana. A día de hoy es tabú porque se nos educó para callar las debilidades, para no dar paso a los abusos. Pero es que la responsabilidad de los acosadores en la escuela nunca debe ponerse en los inocentes. No hay abuso sin maltratador. Lo que creen esos docentes es que si un alumno va por ahí concretando un posible punto débil, ellos tendrán que trabajar más en evitarle acosadores y en discutir con las familias de los acosadores. Pero ese es un trabajo que debe hacerse de todas formas para ayudarnos todos como sociedad.
Llamar a las cosas por su nombre facilita que las cosas salgan a la
luz, facilita que quien necesite ayuda la obtenga, facilita que otros se
puedan sentir identificados y puedan alcanzar un diagnóstico que los
que entierran se empeñan en sabotear.
Ahora como adulto y recién diagnosticado no voy definiéndome como autista porque tendría que andar corrigiendo en el momento todos los falsos mitos y se hace pesado. Yo suelo explicar mis muchas particularidades de una en una, cuando sale el tema. Y créanme, en los ámbitos de gente inquieta y curiosa, tengo una oportunidad cada semana.
Sin embargo, un niño ofrece la ocasión única de crear una nueva generación de aliados que conocen las verdaderas características del autismo desde peques. Y si eso les molesta a los profes, a lo mejor ellos también merecen ser educados.
Ahora como adulto y recién diagnosticado no voy definiéndome como autista porque tendría que andar corrigiendo en el momento todos los falsos mitos y se hace pesado. Yo suelo explicar mis muchas particularidades de una en una, cuando sale el tema. Y créanme, en los ámbitos de gente inquieta y curiosa, tengo una oportunidad cada semana.
Sin embargo, un niño ofrece la ocasión única de crear una nueva generación de aliados que conocen las verdaderas características del autismo desde peques. Y si eso les molesta a los profes, a lo mejor ellos también merecen ser educados.
Eufemismos: ¿Qué suena más delicado y menos ofensivo?
En nuestro colectivo la mayoría preferimos denominarnos autistas, ya que nuestra condición es clave en nuestra identidad. No somos personas con un añadido, somos personas autistas. Hay gente no autista que cree saber lo suficiente del tema por tener hijos en el espectro. Nos corrigen y nos dicen que hace tiempo se tomó la decisión de decir "personas con autismo" porque suena más delicado y menos ofensivo.
¿Quién ha tomado la decisión?
Nosotros los autistas no.
Para muchos de nosotros, lo verdaderamente ofensivo es que se insista en corregirnos. Nadie más que nosotros es quién para decidir qué suena delicado.
Es una falta de respeto corregir a otra persona sobre cómo ha tomado la decisión de autodenominarse. Si los autistas elegimos llamarnos autistas, la opinión de cualquiera fuera del espectro es irrelevante.
Puede ser lícito que la gente neurotípica use la fórmula "con autismo" porque existe mucha ignorancia. Pero nunca se deberá imponer el mínimo común denominador sobre la elección de los auténticos implicados.
¿Cómo se sentirían los neurotípicos si empezamos a llamarlos "personas sin propiedades neurológicas reseñables"? ¿Verdad que suena a eufemismo de "gente del montón"?
Usar un eufemismo implica la evitación activa de una palabra que significa algo malo. Usar la fórmula "persona con autismo" nos hace mucho daño a largo plazo.
Nosotros los autistas no.
Para muchos de nosotros, lo verdaderamente ofensivo es que se insista en corregirnos. Nadie más que nosotros es quién para decidir qué suena delicado.
Es una falta de respeto corregir a otra persona sobre cómo ha tomado la decisión de autodenominarse. Si los autistas elegimos llamarnos autistas, la opinión de cualquiera fuera del espectro es irrelevante.
Puede ser lícito que la gente neurotípica use la fórmula "con autismo" porque existe mucha ignorancia. Pero nunca se deberá imponer el mínimo común denominador sobre la elección de los auténticos implicados.
¿Cómo se sentirían los neurotípicos si empezamos a llamarlos "personas sin propiedades neurológicas reseñables"? ¿Verdad que suena a eufemismo de "gente del montón"?
Usar un eufemismo implica la evitación activa de una palabra que significa algo malo. Usar la fórmula "persona con autismo" nos hace mucho daño a largo plazo.
martes, 23 de abril de 2019
Qué niño más simpatico
Al leer testimonios de madres, a veces me encuentro con la paradoja de sentir ternura por cosas que ellas relatan como desafíos diarios en sus hijos. Cosas que creen objetivamente difíciles de aceptar al principio, y cuya función yo reconozco como algo útil para el mundo. Me parecen cosas lógicas, tienen sentido porque yo actuaba muy parecido cuando era peque.
Si estas cosas las hiciera un primo, no me lo tomaría a la tremenda. Creo que sentiría una simpatía instantánea por él, del mismo modo que mi empatía hacia mis primos alistas se fue desvaneciendo cuanto más vi su comportamiento de neurotípico.
Son distintos tipos de empatía.
Temo que si tuviera un hijo neurotípico, no terminaría de entender sus motivaciones. Las vería como caprichos del ego, irrelevantes en la toma de decisiones objetivamente positivas a largo plazo. Y mi pobre niño se enfurruñaría conmigo porque no le dejo tomar cocacola y el resto de sus amigos desdentados sí la toman.
Pensándolo bien, parte de lo que hace que un desafío diario sea un desafío diario... es encontrárselo todos los días. Los únicos desafíos diarios que yo tengo son los que tengo que superar yo mismo, y me caigo bastante bien.
Hay que aceptar que no siempre nos vamos a entender.
sábado, 13 de abril de 2019
Rutinas
Para asimilar una rutina necesito a una "pareja" que me dé el pie para seguir en la onda y productivo.
Lo veo como aquella película de El vuelo del Fénix, donde una avioneta se queda sitiada en el desierto y uno se presta a marcharse caminando para buscar ayuda. Pero le dicen que a solas no podrá caminar en línea recta, que eventualmente se desviará. Así que tiene que ir con otra persona que camine a su lado, para así entre los dos percibir el instante preciso en que uno se comience a desviar centímetros, y así llegar al punto que marcaba la brújula.
Esto no significa que la otra persona tendrá que hacer todo el trabajo difícil. Significa que podré trabajar a través del amor y el respeto, y no porque "hay que hacerlo". Si una persona está al otro lado del proceso, existe la posibilidad de la innovación en caliente, mientras que si lo hago a solas será innovación en frío, y por muy novedoso que lo haga, no tendrá ese espíritu que tanto valora la mayoría de la gente.
Lo bueno de las rutinas es que me tranquiliza saber en qué contextos puedo encontrarme con los demás. Puedo hacer cosas como un maestro, sin preocuparme por tener que inventar la rueda desde cero constantemente. También me ayuda a centrarme y a trabajar.
Lo malo de las rutinas es que me empiezo a sentir tan equilibrado que me vienen subidones de creatividad, y de repente esa misma rutina que tantos beneficios me dio se convierte en un obstáculo que me impide tener tiempo para mis proyectos artísticos personales. De repente no gestiono bien mis horarios de trabajo, de energía, de sueño. No puedo trabajar ni tengo disponibilidad para hacer mis proyectos personales.
Podría dejar esas rutinas, así tendría tiempo para mis proyectos. Pero entonces me sentiré decepcionado, porque la rutina se me daba bien hasta que llegó el calor y todo se volvió insoportable.
Así pues, en resumen: la rutina se me da fenomenal siempre que yo sienta que lo que hago es lo nunca visto. Y para eso, necesito que alguien preste atención a lo que se va a ver.
Lo veo como aquella película de El vuelo del Fénix, donde una avioneta se queda sitiada en el desierto y uno se presta a marcharse caminando para buscar ayuda. Pero le dicen que a solas no podrá caminar en línea recta, que eventualmente se desviará. Así que tiene que ir con otra persona que camine a su lado, para así entre los dos percibir el instante preciso en que uno se comience a desviar centímetros, y así llegar al punto que marcaba la brújula.
Esto no significa que la otra persona tendrá que hacer todo el trabajo difícil. Significa que podré trabajar a través del amor y el respeto, y no porque "hay que hacerlo". Si una persona está al otro lado del proceso, existe la posibilidad de la innovación en caliente, mientras que si lo hago a solas será innovación en frío, y por muy novedoso que lo haga, no tendrá ese espíritu que tanto valora la mayoría de la gente.
Lo bueno de las rutinas es que me tranquiliza saber en qué contextos puedo encontrarme con los demás. Puedo hacer cosas como un maestro, sin preocuparme por tener que inventar la rueda desde cero constantemente. También me ayuda a centrarme y a trabajar.
Lo malo de las rutinas es que me empiezo a sentir tan equilibrado que me vienen subidones de creatividad, y de repente esa misma rutina que tantos beneficios me dio se convierte en un obstáculo que me impide tener tiempo para mis proyectos artísticos personales. De repente no gestiono bien mis horarios de trabajo, de energía, de sueño. No puedo trabajar ni tengo disponibilidad para hacer mis proyectos personales.
Podría dejar esas rutinas, así tendría tiempo para mis proyectos. Pero entonces me sentiré decepcionado, porque la rutina se me daba bien hasta que llegó el calor y todo se volvió insoportable.
Así pues, en resumen: la rutina se me da fenomenal siempre que yo sienta que lo que hago es lo nunca visto. Y para eso, necesito que alguien preste atención a lo que se va a ver.
martes, 2 de abril de 2019
¿Cómo descubrí que soy autista?
No es algo racional, se parece al amor. Encuentras algo que no conocías, como un artículo, y te cuadra como una confirmación que ya sabías, pero que no sabías cómo racionalizar.
Te cuadra, sin más. Una vez colocas esa posibilidad en el hueco que te arde, dejas de respirar con dolor. Y ese dolor íntimo desaparece del todo cuando consigues tu diagnóstico oficial. Que es un papelito, sí; pero no es lo mismo dar una charla sobre autismo sabiendo mucho del tema, que hablar de ello sabiendo qué es lo verdadero, lo que te toca en el corazón y sabes real.
Todas esas películas de «sé tú mismo» no te funcionan hasta que te perdonas por no ser igual que esos protas de «sé tú mismo».
Lo que me gusta de ser autista
Aunque el autismo no sea algo
curable (por ser un sistema operativo alterno, y no un fallo de
sistema), en ocasiones se presenta esta cuestión: si tuvieras a mano una
«cura», ¿la aceptarías?
Es un asunto muy X-Men. ¡No, jamás querría dejar de ser como soy! En todo caso, encendería el faro mutante y volvería autistas a más personas, para que los neurotípicos dejasen de pensar que su percepción subjetiva es ley divina.
Ahora en mi vida adulta, por aquello de la depresión y la ansiedad causada por años de saboteamientos a mis procesos naturales, soy feliz en proporción pero no en cantidad. Pero de niño sí podía distinguir mis diferencias como algo de lo que enorgullecerse.
Siempre he sentido en mí una COHERENCIA con mis sentimientos.
Que yo me asustase mucho con las películas de terror que veían mis tíos no es el problema. El problema lo tienen los adultos que saben que va a venir de visita un niño y no piensan en quitar las películas de terror.
Siempre he tenido una imaginación llena de belleza. Un saber conectarme con lo que no es pero podría ser.
Una vez más, el problema no viene de que yo pase tiempo considerando opciones mejores que las presentes, sino de quienes desprecian a los que tratan de mejorar las cosas.
Siempre me he mantenido en dirección a la verdad. Con la verdad, todo se mantiene humano. No comprendo cómo alguien puede pensar que con la mentira va a llegar a algún lugar auténtico. Claro, le dejarán pasar el arco de la puerta, pero luego no podrá regresar de vuelta.
En gran parte de las veces, no se trata de que los autistas no sepamos mentir. Es que opinamos que usar mentiras es tan patético y bajo que no sirve ni para reírnos de los mitómanos. Esa gente tiene un problema. Esa gente sí está desconectada de la realidad.
Lo que me gusta de ser autista es el gozo pleno de las cosas que disfruto. Cuando veo a la gente alabar la película de El Padrino, me digo: «¡Está mejor la novela según yo la imaginé!» Cuando me sirven un puré de patatas hecho con patatas de verdad y no con mantequilla, me digo... Bueno, no me digo nada, me callo también por dentro y gozo. Soy como la rata de Ratatouille que sí aprecia los sabores.
Aprovecho para recomendar esa película, Ratatouille. Siempre que alguien pregunta por películas relacionadas con el autismo, la gente responde pelis centradas en nuestros sufrimientos ante unas limitaciones colocadas arbitrariamente por una sociedad hecha a medida de los neurotípicos. Pero Ratatouille habla de cosas importantes. El protagonista no se queda perdido en los rodapiés de una casa, llega hasta la mismísima cocina. Si se fijan en el antagonista, verán que es el típico hipócrita que sonríe a quien le interesa y grita a todos los demás; verán que es la verdadera «rata».
Durante mucho tiempo dejé de disfrutar de la vida a la manera autista. Cada vez que yo estaba admirando la belleza de la luz atravesando las ramas de los pinos; o cada vez que disfrutaba de un libro en un rincón porque no me atraía jugar con gritones; venían a romper mi concentración, a asustarme, a hacerme cosquillas, a arrancarme de mi mejor momento posible como si fuera un muerto que necesita reanimación.
Dejé de acceder a la mejor parte de mí porque cada vez que lo hacía en público, me venían a joder.
Un autista no siempre hará cosas comprensibles a simple vista, pero por lo menos tendrá respeto por aquello que no comprende.
Otra cosa que me gusta de ser autista es que, dentro de lo que cabe, soy bastante objetivo. Si me equivoco en alguna opinión y me demuestran mi error, enseguida rectificaré y dejaré de identificarme con él. De niño sí me apegaba a opiniones hasta el punto de llegar a las manos. Pero no era por autista, sino por inmaduro. Mucha gente confunde los rasgos autistas con los rasgos de los niños autistas. A ver, los niños crecemos. Por estos fallos de concepto, luego se nos niega a los adultos el diagnóstico.
Saberme autista me gusta porque, de todas formas, las cosas para las que no sirvo no me parecen relevantes. Mi potencial está concentrado en un par de cosas que me parecen importantes.
Y como sé empíricamente que, por más que lo intentase, en lo otro sería un desastre, me siento libre para centrarme sin remordimientos en lo que amo.
Es un asunto muy X-Men. ¡No, jamás querría dejar de ser como soy! En todo caso, encendería el faro mutante y volvería autistas a más personas, para que los neurotípicos dejasen de pensar que su percepción subjetiva es ley divina.
Ahora en mi vida adulta, por aquello de la depresión y la ansiedad causada por años de saboteamientos a mis procesos naturales, soy feliz en proporción pero no en cantidad. Pero de niño sí podía distinguir mis diferencias como algo de lo que enorgullecerse.
Siempre he sentido en mí una COHERENCIA con mis sentimientos.
Que yo me asustase mucho con las películas de terror que veían mis tíos no es el problema. El problema lo tienen los adultos que saben que va a venir de visita un niño y no piensan en quitar las películas de terror.
Siempre he tenido una imaginación llena de belleza. Un saber conectarme con lo que no es pero podría ser.
Una vez más, el problema no viene de que yo pase tiempo considerando opciones mejores que las presentes, sino de quienes desprecian a los que tratan de mejorar las cosas.
Siempre me he mantenido en dirección a la verdad. Con la verdad, todo se mantiene humano. No comprendo cómo alguien puede pensar que con la mentira va a llegar a algún lugar auténtico. Claro, le dejarán pasar el arco de la puerta, pero luego no podrá regresar de vuelta.
En gran parte de las veces, no se trata de que los autistas no sepamos mentir. Es que opinamos que usar mentiras es tan patético y bajo que no sirve ni para reírnos de los mitómanos. Esa gente tiene un problema. Esa gente sí está desconectada de la realidad.
Lo que me gusta de ser autista es el gozo pleno de las cosas que disfruto. Cuando veo a la gente alabar la película de El Padrino, me digo: «¡Está mejor la novela según yo la imaginé!» Cuando me sirven un puré de patatas hecho con patatas de verdad y no con mantequilla, me digo... Bueno, no me digo nada, me callo también por dentro y gozo. Soy como la rata de Ratatouille que sí aprecia los sabores.
Aprovecho para recomendar esa película, Ratatouille. Siempre que alguien pregunta por películas relacionadas con el autismo, la gente responde pelis centradas en nuestros sufrimientos ante unas limitaciones colocadas arbitrariamente por una sociedad hecha a medida de los neurotípicos. Pero Ratatouille habla de cosas importantes. El protagonista no se queda perdido en los rodapiés de una casa, llega hasta la mismísima cocina. Si se fijan en el antagonista, verán que es el típico hipócrita que sonríe a quien le interesa y grita a todos los demás; verán que es la verdadera «rata».
Durante mucho tiempo dejé de disfrutar de la vida a la manera autista. Cada vez que yo estaba admirando la belleza de la luz atravesando las ramas de los pinos; o cada vez que disfrutaba de un libro en un rincón porque no me atraía jugar con gritones; venían a romper mi concentración, a asustarme, a hacerme cosquillas, a arrancarme de mi mejor momento posible como si fuera un muerto que necesita reanimación.
Dejé de acceder a la mejor parte de mí porque cada vez que lo hacía en público, me venían a joder.
Un autista no siempre hará cosas comprensibles a simple vista, pero por lo menos tendrá respeto por aquello que no comprende.
Otra cosa que me gusta de ser autista es que, dentro de lo que cabe, soy bastante objetivo. Si me equivoco en alguna opinión y me demuestran mi error, enseguida rectificaré y dejaré de identificarme con él. De niño sí me apegaba a opiniones hasta el punto de llegar a las manos. Pero no era por autista, sino por inmaduro. Mucha gente confunde los rasgos autistas con los rasgos de los niños autistas. A ver, los niños crecemos. Por estos fallos de concepto, luego se nos niega a los adultos el diagnóstico.
Saberme autista me gusta porque, de todas formas, las cosas para las que no sirvo no me parecen relevantes. Mi potencial está concentrado en un par de cosas que me parecen importantes.
Y como sé empíricamente que, por más que lo intentase, en lo otro sería un desastre, me siento libre para centrarme sin remordimientos en lo que amo.
ABRIL: Aceptación del autismo
La aceptación del autismo (entendida como condición neurológica y no como una lista de trastornos) es un MUST en nuestra sociedad.
Las personas más interesantes que yo he conocido en la vida real, en figuras de la historia y en personajes ficticios estaban dentro del espectro autista.
Amigas fascinantes cuyas reflexiones llenan la sala de admiración (una vez se le permite un mínimo y decoroso silencio).
Científicos que se atrevían a decir algo que todavía no se podía decir (a costa de su vida).
El profesor Lidenbrock, guiando el paso al centro de la Tierra y dejando a su sobrina en casa para que no corra peligros entre los vapores tectónicos (no como en varias adaptaciones al cine, donde la pequeña Grauben se apunta al viaje y nadie dice nada).
Es más fácil aprender que desaprender. Si no sabes nada de un asunto y un experto te ayuda, sabrás todo enseguida.
Pero si el grueso de la población lleva décadas tragando fallos de apreciación basados en prejuicios, los autistas tendremos más trabajo por delante para enseñar que aunque muchos del colectivo tengan también discapacidad intelectual, el autismo no es una discapacidad intelectual. O enseñar que lo nuestro no es falta de empatía, sino una empatía distinta (el tema de la empatía merece dedicación aparte, porque incluso remarcar estas cosas sin entrar en detalles puede llevar a conclusiones incompletas donde también cabría el prejucio).
Paso a paso.
A veces es abrumador la cantidad de gente que necesita guía, y no hablemos de apoyo. Alguien pregunta un detalle puntual y tienes que retorcerte los sesos para explicar lo importante sin llegar a escribirle un artículo de divulgación de mil palabras. Para colmo, siempre aparece el estafador que menciona el MMS de pasada, como quien no quiere la cosa. Y los quince minutos que querías dedicar a los foros se convierten en una hora porque tienes que rebatir las falacias de los que venden curas fantasiosas de dar de beber lejía en luna llena.
Pero siempre tenemos que seguir adelante porque los adultos ya hemos vivido en una sociedad de ignorancia respecto a nuestra forma de percibir la realidad. Y ya sabemos que nadie se merece vivir en el fondo de un pozo.
Para terminar, y hablando de pozos, Sadako Yamamura hubiera sido una actriz memorable y una artista audiovisual de renombre. Pero nadie aceptó sus poderes especiales, le echaron al culpa a los duendes de la salmuera y la arrojaron a un pozo. Por eso en lugar de en una amable señora, se convirtió en un bicho pringoso que te emborrona la cara en las fotos.
Ya sé que The Ring es ficción, pero la moraleja es la misma. Los autistas (y los neurodivergentes en general) tenemos un potencial inimaginable, y podemos aportar maravillas que aún están por llegar. Depende de la actitud de una mayoría (que sólo es poderosa porque es mayoría) aceptarnos tal como somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos. Porque no puede haber un futuro mejor que el futuro de la aceptación.
sábado, 30 de marzo de 2019
¡Hoy, un texto inspirador procedente del mundo al revés!
"El trastorno neurotípico se ha llevado a mis mejores amigos. Sus intereses se atenuaron hasta desaparecer. Su sarcasmo creció hasta volver imposible la comunicación fluida.
Para colmo, sus filtros sensoriales los han dejado medio sordos, y tengo que ser siempre yo quien los avise de que los están llamando por teléfono.
De niños eran normales, pero de repente empezaron a creerse alguien,
como si una especie de personaje con ínfulas los hubiese poseído. No son
capaces de distinguir su ego de su propia identidad. Dentro de este
trastorno, es muy común que hablen del primer pensamiento que les cruce
la mente, sin detenerse a sopesar las consecuencias. Esta pulsión a
hablar sin pensar se convierte en un frenesí oral cuando varios
neurotípicos se juntan. Pueden llegar a hablar más de tres al mismo
tiempo, pero se indignan y reaccionan negativamente si no te unes a la
conversación o si piensas antes de hablar. Entre ellos es norma
interrumpirse, por lo que no dudarán en interrumpirte a ti también.
Pero no debemos olvidar que nuestros queridos angelitos no lo hacen con mala intención. Es que no dan para más, los pobres.
Debemos hacer lo que esté en nuestra mano, y tomar la responsabilidad que tenemos como autistas, porque como los neurotípicos viven faltos de conciencia, nosotros debemos ser su voz.
A veces no puedo más, y grito bien fuerte: "¡Oh, neurotipidad, cuánto te odio!"
Pero eso sería rendirse, y los neurotípicos nos necesitan más que nunca. Y más esta semana, que se conmemora su día mundial y vamos a salir a la calle vestidos con camisetas de Kanye West y sumidos en un respetuoso silencio, como creemos que a ellos les gustaría.
Tenemos que enfrentarnos a la neurotipidad con todas nuestras fuerzas, para volver a vivir en armonía, como antes de que enfermasen."
Pero no debemos olvidar que nuestros queridos angelitos no lo hacen con mala intención. Es que no dan para más, los pobres.
Debemos hacer lo que esté en nuestra mano, y tomar la responsabilidad que tenemos como autistas, porque como los neurotípicos viven faltos de conciencia, nosotros debemos ser su voz.
A veces no puedo más, y grito bien fuerte: "¡Oh, neurotipidad, cuánto te odio!"
Pero eso sería rendirse, y los neurotípicos nos necesitan más que nunca. Y más esta semana, que se conmemora su día mundial y vamos a salir a la calle vestidos con camisetas de Kanye West y sumidos en un respetuoso silencio, como creemos que a ellos les gustaría.
Tenemos que enfrentarnos a la neurotipidad con todas nuestras fuerzas, para volver a vivir en armonía, como antes de que enfermasen."
lunes, 25 de marzo de 2019
FALSOS MITOS: las vacunas
La peste negra se propagó por medio de los piojos que portaban las ratas negras. Una falsa creencia aseguraba que asearse causaba la peste. Esto facilitó la transmisión de la peste negra a una escala exagerada.
El autismo no se propaga, no es una enfermedad, y mucho menos una epidemia. Tenemos más diagnósticos porque gracias a Dios ahora sabemos más sobre el espectro.
Pero... una falsa creencia ha estado asegurando durante los últimos años que las vacunas causan autismo. Hay gente que prefiere tener un hijo muerto antes que uno que requiera apoyos especializados.
El movimiviento antivacunas ha proyectado su odio y su ignorancia, convirtiendo las dolencias derivadas de la falta de apoyos adecuados en enfermedades reales.
Bueno. Pues para quien aún no haya leído las últimas noticias, las vacunas son lo que nos mantiene en el siglo XXI.
Los rasgos autistas empiezan a ser más obvios a la altura de ponerse la trivírica porque coincide con la edad adecuada para vacunarse. Los casos más obvios no se deben a que la vacuna haya logrado hacer en menos de un día una reestructuración completa del cerebro. Se debe a que quizá todavía confundas los rasgos autistas con los síntomas de stress en una persona autista.
https://www.eldefinido.cl/actualidad/mundo/2703/Las_vacunas_no_causan_autismo_Punto/
http://www.autismo.org.es/actualidad/articulo/las-vacunas-no-causan-autismo-0
https://theworldnews.net/es-news/un-estudio-zanja-la-relacion-entre-las-vacunas-y-el-autismo
https://contenidos.bupasalud.com/salud-bienestar/vida-bupa/vacuna-contra-sarampi%C3%B3n-paperas-rub%C3%A9ola-triple-v%C3%ADrica-o-mmr
https://www.nytimes.com/es/2019/03/07/vacunas-autismo-sarampion-antivacunas/
https://espanol.babycenter.com/a4500106/vacunas-y-autismo-distinci%C3%B3n-entre-la-realidad-y-la-ficci%C3%B3n
https://noticiasya.com/2019/03/05/la-vacuna-mmr-no-causa-ni-eleva-riesgo-de-autismo-confirma-otro-estudio/
http://pediatrica.org/no-la-vacuna-del-sarampion-no-causa-autismo/
https://www.univision.com/noticias/salud/la-vacuna-triple-no-causa-autismo-lo-confirma-de-nuevo-un-representativo-estudio
https://www.diaridetarragona.com/noticias/Un-nuevo-estudio-confirma-que-la-vacuna-triple-virica-no-causa-autismo--20190307-0045.html
https://www.bebesymas.com/salud-infantil/vacuna-triple-virica-no-provoca-autismo-nuevo-estudio-vuelve-a-confirmarlo
https://www.bebesymas.com/salud-infantil/causa-autismo-la-vacuna-triple-virica-un-estudio-de-ninos-con-hermanos-con-y-sin-autismo-da-respuesta
El autismo no se propaga, no es una enfermedad, y mucho menos una epidemia. Tenemos más diagnósticos porque gracias a Dios ahora sabemos más sobre el espectro.
Pero... una falsa creencia ha estado asegurando durante los últimos años que las vacunas causan autismo. Hay gente que prefiere tener un hijo muerto antes que uno que requiera apoyos especializados.
El movimiviento antivacunas ha proyectado su odio y su ignorancia, convirtiendo las dolencias derivadas de la falta de apoyos adecuados en enfermedades reales.
Bueno. Pues para quien aún no haya leído las últimas noticias, las vacunas son lo que nos mantiene en el siglo XXI.
Los rasgos autistas empiezan a ser más obvios a la altura de ponerse la trivírica porque coincide con la edad adecuada para vacunarse. Los casos más obvios no se deben a que la vacuna haya logrado hacer en menos de un día una reestructuración completa del cerebro. Se debe a que quizá todavía confundas los rasgos autistas con los síntomas de stress en una persona autista.
https://www.eldefinido.cl/actualidad/mundo/2703/Las_vacunas_no_causan_autismo_Punto/
http://www.autismo.org.es/actualidad/articulo/las-vacunas-no-causan-autismo-0
https://theworldnews.net/es-news/un-estudio-zanja-la-relacion-entre-las-vacunas-y-el-autismo
https://contenidos.bupasalud.com/salud-bienestar/vida-bupa/vacuna-contra-sarampi%C3%B3n-paperas-rub%C3%A9ola-triple-v%C3%ADrica-o-mmr
https://www.nytimes.com/es/2019/03/07/vacunas-autismo-sarampion-antivacunas/
https://espanol.babycenter.com/a4500106/vacunas-y-autismo-distinci%C3%B3n-entre-la-realidad-y-la-ficci%C3%B3n
https://noticiasya.com/2019/03/05/la-vacuna-mmr-no-causa-ni-eleva-riesgo-de-autismo-confirma-otro-estudio/
http://pediatrica.org/no-la-vacuna-del-sarampion-no-causa-autismo/
https://www.univision.com/noticias/salud/la-vacuna-triple-no-causa-autismo-lo-confirma-de-nuevo-un-representativo-estudio
https://www.diaridetarragona.com/noticias/Un-nuevo-estudio-confirma-que-la-vacuna-triple-virica-no-causa-autismo--20190307-0045.html
https://www.bebesymas.com/salud-infantil/vacuna-triple-virica-no-provoca-autismo-nuevo-estudio-vuelve-a-confirmarlo
https://www.bebesymas.com/salud-infantil/causa-autismo-la-vacuna-triple-virica-un-estudio-de-ninos-con-hermanos-con-y-sin-autismo-da-respuesta
sábado, 23 de marzo de 2019
El verdadero contacto visual
Imagina nacer en un mundo donde todas las personas se acarician los hombros siempre que hablan. Que los profesores acarician los hombros de todos los alumnos al hablar. Que al ir a la cafetería, el camarero te sirve el café y te acaricia los hombros.
Aunque sea un contacto inocuo en sí, ¿verdad que distrae? ¿Verdad que se hace violento?
Por eso los autistas mayormente no miramos a los ojos, o usamos trucos para que los demás crean que estamos mirando a los ojos. Pero la realidad es que en el mejor de los casos nos parece una distracción, y en el peor de los casos nos parece un contacto demasiado íntimo.
Si tu peque no mira a los ojos, no significa que no escuche.
Probablemente esté traduciendo tus palabras a nuestro propio lenguaje,
abstracto, visual. Del mismo modo que cuando no recuerdas una palabra
tus ojos se van a otro lado, cuando hacemos esta traducción no podemos
estar mirándote. Y menos aún cuando tu mirada nos hace daño.
No nos hacen daño todas las miradas, pero cuando nos topamos con una que nos pone de los nervios, no se nos puede exigir que sigamos hundiéndonos en el stress.
El verdadero contacto visual es el que surge de una conexión emocional sincera, no de que nos estén sujetando la cabeza.
No nos hacen daño todas las miradas, pero cuando nos topamos con una que nos pone de los nervios, no se nos puede exigir que sigamos hundiéndonos en el stress.
El verdadero contacto visual es el que surge de una conexión emocional sincera, no de que nos estén sujetando la cabeza.
jueves, 14 de marzo de 2019
Ojos que dan miedo
A veces, los ojos dan repelús.
La semana pasada, al final de mi taller de teatro, estábamos recogiendo; cuando, durante apenas un segundo, vi algo inquietante. Al instante supe qué era, pero igualmente me pareció tétrico.
La puerta lateral del escenario estaba entreabierta, y por una estrecha rendija nos observaba inmóvil un hombre alto. Un solo ojo, observando desde el otro lado de la puerta.
¿Han visto la versión japonesa de The Ring (1998)? Me recordó a aquel ojo asomado entre las guedejas de cabellos oscuros.
Bueno, también a esa famosa estatua hiperrealista de la Mujer Pájaro (de donde sacaron el hoax de Momo), pero sólo porque ha estado muy de moda.
En el mismo instante en que vi el ojo observando fijo por la rendija, supe quién era. Era el marido de una de mis compañeras, que siempre la viene a recoger y estaba viendo si ya habíamos terminado. Pero hay algo más rápido que la mente, y eso es el instinto. Y si ese ojo me dio ñáñaras aun sabiendo quién era esa persona y cuán bellísimas eran sus intenciones, ¿cuánto más horror podremos sentir los autistas cuando no estamos seguros?
Es lícito no mirar a los ojos de otra persona si nos provoca ansiedad.
Es lícito no mirar a los ojos de otra persona si acabamos de salir de un seminario intensivo y el profesor avanzaba tan deprisa que nos provocó un shutdown.
Es lícito ser realistas con nuestras energías. La comunicación más adecuada es la que nos permite mantenernos en nuestra propia onda.
Bueno, también a esa famosa estatua hiperrealista de la Mujer Pájaro (de donde sacaron el hoax de Momo), pero sólo porque ha estado muy de moda.
En el mismo instante en que vi el ojo observando fijo por la rendija, supe quién era. Era el marido de una de mis compañeras, que siempre la viene a recoger y estaba viendo si ya habíamos terminado. Pero hay algo más rápido que la mente, y eso es el instinto. Y si ese ojo me dio ñáñaras aun sabiendo quién era esa persona y cuán bellísimas eran sus intenciones, ¿cuánto más horror podremos sentir los autistas cuando no estamos seguros?
Es lícito no mirar a los ojos de otra persona si nos provoca ansiedad.
Es lícito no mirar a los ojos de otra persona si acabamos de salir de un seminario intensivo y el profesor avanzaba tan deprisa que nos provocó un shutdown.
Es lícito ser realistas con nuestras energías. La comunicación más adecuada es la que nos permite mantenernos en nuestra propia onda.
lunes, 11 de marzo de 2019
Entre la niñez... y la niñez impuesta
La adolescencia para los aspies suele ser un infierno.
Sientes más instinto de manada que nunca y los de tu edad te marginan más que nunca.
No puedes aprender normas sociales con nadie porque los adultos están en su mundo y los adolescentes tienen un doble juego de normas: entre ellos cumplen con todas las reglas, pero si tú haces exactamente lo mismo, te miran como si les hubieras puesto en un compromiso violento. Se quedan callados al verte, o alzan la voz si intentas hablarles.
Los adultos no tienen ni idea, te tratan como a un niño. En el mejor de los casos, te tratan como si tuvieras una discapacidad intelectual. En el peor de los casos, te ven como una fuente de inspiración. "¡Es un luchador!"
Y entre la gente de tu edad no hay nadie lo suficientemente interesante como para que valga la pena esforzarse en conocerlo; y lo peor es que los adultos siguen insistiendo en que lo sigas intentando, cuando cada intento acabará con una situación más humillante aún.
viernes, 22 de febrero de 2019
La desaparición de Aspergerlandia
Aspergerlandia era un pequeño país que empezaba a medrar. Pero una mañana, todos los países de la Unión EuroTEA se fusionaron en uno solo. Ahora los antiguos aspies eran todos autistas.
Sin embargo, algunos aspies sintieron una nostalgia resentida porque ya se veían creciendo como colectivo pequeño, y ahora se sentían forzados a trabajar como un colectivo mucho mayor. Es decir, más difícil de controlar a título personal.
Hubo quien se aferró a nombres antiguos; quien no quería aceptarse como
autista. Hasta que vieron que los vecinos ya no les querían vender
patatas, por rancios. Y sin patatas, no podían cocinar patatas fritas.
¡Y las patatas fritas son una apuesta segura!
A largo plazo, incluso a medio, mejoraron las condiciones de todo el colectivo autista. Pues aquel vasto país estaba lleno de buenos vecinos. Sólo hacía falta serlo uno también.
A largo plazo, incluso a medio, mejoraron las condiciones de todo el colectivo autista. Pues aquel vasto país estaba lleno de buenos vecinos. Sólo hacía falta serlo uno también.
miércoles, 20 de febrero de 2019
DON'T HOLD BACK (?)
Nunca he leído sobre el asunto que voy a reseñar. Quizá en un chiste de Sheldon Cooper, que lo mencionaba muy de refilón.
Siempre me he sentido muy atento al entorno. Muy perceptivo. Posteriormente a los encuentros sociales, recordaba cada detalle y muchas veces lo revisualizaba.
En contraposición, la mayoría de la gente de mi entorno no se fijaba en ciertas cosas y actuaba por resorte, sin pensar en los demás ni en las consecuencias.
A la hora de intervenir, mi intención siempre ha sido dar el mejor aporte, algo que enriquezca el ambiente. Pero no me daba tiempo; cuando al fin tenía las palabras, la charla había virado a otro puerto.
Siempre me he sentido muy atento al entorno. Muy perceptivo. Posteriormente a los encuentros sociales, recordaba cada detalle y muchas veces lo revisualizaba.
En contraposición, la mayoría de la gente de mi entorno no se fijaba en ciertas cosas y actuaba por resorte, sin pensar en los demás ni en las consecuencias.
A la hora de intervenir, mi intención siempre ha sido dar el mejor aporte, algo que enriquezca el ambiente. Pero no me daba tiempo; cuando al fin tenía las palabras, la charla había virado a otro puerto.
En los últimos
meses, dentro de lo posible, he estado experimentando con lo que
llamaríamos «dejarse llevar por el flujo». Cuando te lleva el flujo, es
más fácil recoger los mensajes que sueltan los demás, y replicar con
confianza.
Mi problema es que cuando me comunico con esta ligereza, puedo intervenir y socializar mucho más, pero luego no me acuerdo de lo que he estado hablando, o incluso ya no me importa.
De modo que llevo unos meses confraternizando con más gente que nunca, con el corazón más abierto, con mayor facilidad para tratar con casi cualquiera, pero luego no puedo rescatar momentos memorables como antes. Siento que no he estado allí yo, sino «el espíritu», por decir algo.
La sensación se parece un poco a la de interpretar un papel en una función teatral. Cuando la obra ha finalizado, te olvidas de lo que has estado haciendo, ya no eres tú. A otra cosa, mariposa.
¿Es acaso un problema? ¿O simplemente he mejorado mis habilidades sociales y ya no necesito revisualizar mentalmente los eventos para extraer lecciones?
Mi problema es que cuando me comunico con esta ligereza, puedo intervenir y socializar mucho más, pero luego no me acuerdo de lo que he estado hablando, o incluso ya no me importa.
De modo que llevo unos meses confraternizando con más gente que nunca, con el corazón más abierto, con mayor facilidad para tratar con casi cualquiera, pero luego no puedo rescatar momentos memorables como antes. Siento que no he estado allí yo, sino «el espíritu», por decir algo.
La sensación se parece un poco a la de interpretar un papel en una función teatral. Cuando la obra ha finalizado, te olvidas de lo que has estado haciendo, ya no eres tú. A otra cosa, mariposa.
¿Es acaso un problema? ¿O simplemente he mejorado mis habilidades sociales y ya no necesito revisualizar mentalmente los eventos para extraer lecciones?
lunes, 4 de febrero de 2019
Mutismo selectivo (II)
Conocí a un apreciado artista de edad avanzada. Ya nos habíamos saludado más de una vez, sin más dificultades que el típico pinchazo de ansiedad leve. Pero un día estaba en su casa, y al aparecer y saludarme me quedé en blanco. Mi madre estaba delante, y pienso que por ello me bloqueé. Tenía que devolver el saludo, pero...
Nada.
No podía hablar.
De repente, la situación me superó.
Parte de mi ansiedad vino de que mi madre estaba delante. Sin entrar en detalles, ella nunca aceptó mis manifestaciones y expresiones distintas. Entonces mi ansiedad se multiplicó porque el gran artista me había saludado y mi madre me exigía saludar de vuelta, y ya no sabía realmente a qué amo servir. Si nadie de mi familia hubiera estado delante, creo que hubiera saludado a este amable artista como a un amigo de toda la vida.
Como ya expliqué en la parte 1, el choque también puede venir de estar desprevenido, en un estado tan introspectivo y abstracto que las palabras quedaron guardadas en un baúl. Al entrar alguien de improviso, la llave se te escurre, se te cae debajo del brasero, y prefieres esperar a que el disruptor se marche. En ese momento, lo que los demás piensen es lo de menos; lo que quieres es que te dejen en paz.
Pero cuando se han ido, tampoco puedes volver de cualquier manera a tu corriente de pensamientos, porque es después cuando uno se puede quedar pensando en lo que andarán pensando de ti.
No puedes decirles que no puedes hablar, porque no puedes hablar.
Es un espanto, porque ya saben que hablas y se piensan que es una falta de respeto. ¡No, es que me has pillado en bragas! ¡Vete, y a lo mejor podremos hablar luego!
Esto, por teléfono no pasa. Porque puedes colgar. Pero en la vida real, ¿cómo cuelgas a alguien?
¿Le arrojas un zapato? ¡No, porque en el peor de los casos, acertarás!
Puesto que en las escuelas no enseñan la lengua de señas, lo primero que pensaría la mayoría sería fingir que tienen una cremallera en los labios y cerrársela. Pero eso no se usa como mutismo, sino como guardar un secreto, o como una especie de "cállate".
Para indicar tu condición puntual de no verbal, la mejor opción que he leído es hacer con los dedos de una mano una seña: el gesto de cerrar una llave en tu garganta. No se usa para nada más, y se entenderá mejor.
Por último, no hay que confundir el mutismo selectivo con el hecho de no hablar en clase. Si los neurotípicos hablan tanto entre ellos es simplemente porque están en la misma onda. También por eso no suelen hablar con nosotros. ¡Y no por ello los autistas contagiamos el mutismo a los alistas!
Los autistas más verbales hablamos menos en clase porque apenas encontramos a colegas en una onda similar.
Imaginen que, ya en la adultez, un juez les obliga a volver a la escuela primaria. Podrán charlar con sus compañeros un día o dos, pero el resto del curso será puro hastío. Más aún si saben que les queda otra década forzados a soportar a los niños de lunes a viernes en horario de oficina. Eso no es mutismo selectivo, es aguantarse los gritos de tortura.
miércoles, 16 de enero de 2019
"NO ESTOY DE ACUERDO"
No entiendo cómo, después de que autistas adultos expliquemos un
asunto que nos concierne y del que nos hemos vuelto expertos, alguien
pueda responder sin más:
NO ESTOY DE ACUERDO.
Si no estás de acuerdo, sigue preguntando. Seguiremos respondiendo mientras la ignorancia sobre el autismo siga destruyendo las vidas de miles de inocentes.
NO ESTOY DE ACUERDO.
Si no estás de acuerdo, sigue preguntando. Seguiremos respondiendo mientras la ignorancia sobre el autismo siga destruyendo las vidas de miles de inocentes.
Si no estás de acuerdo, dinos por qué.
Así podremos estudiar quién partía de premisas equivocadas, y corregirlas más eficazmente en lo sucesivo.
Si te plantas en que no estás de acuerdo, has matado el diálogo.
Y luego te quejarás de que no hablemos.
Así podremos estudiar quién partía de premisas equivocadas, y corregirlas más eficazmente en lo sucesivo.
Si te plantas en que no estás de acuerdo, has matado el diálogo.
Y luego te quejarás de que no hablemos.
miércoles, 9 de enero de 2019
Baldosas lisas, por favor
No suelo correr porque tendría que vigilar dónde piso y no podría concentrarme en mi respiración y en disfrutar la sensación.
Ciertas baldosas se hacen incómodas de pisar. Acabas frecuentando las aceras de estilo liso con tal de no clavarte tanto bajorrelieve en la planta de los pies.
Pero hoy se dio una agradable coincidencia.
¿Recuerdan cuando en Back to the future Marty se agarraba a las camionetas y así podía llegar a clase en monopatín? Yo nunca tuve tanto equilibrio, pero hoy hice mi propio Marty McFly a pie. Se me sumaron una cantidad considerable de energía, la prisa por llegar a un sitio, y mi costumbre de dar un saltito para subir algunos bordillos [ver nota 18/12/18].
Resulta que donde vivo hay una calle principal en la que las baldosas son completamente lisas y se va levemente cuesta abajo. No la uso para correr porque es una calle principal y siempre hay gente.
La última vez que corrí por ella, al pasar una esquina coincidí con un chico que caminaba de puntillas, y para no chocarme con él tuve que hacer una finta que ni Michael Jordan.
Pero esta vez, pegué un salto para pasar un bordillo alto, y antes de frenar la inercia vi que un adolescente en bicicleta descendía la calle unos metros delante de mí. Aprovechando el desnivel, me di cuenta de que corriendo detrás del ciclista podía bajar trotando ligero sin tener que pivotar cada tres pasos.
¡Fue una maravilla! La gente se apartaba para dejar pasar al chico de la bici y el sendero se mantenía abierto para mí. Por primera vez en mucho tiempo, pude correr con un control mesurado de mi respiración, sin preocuparme de estamparme con familias comprando cuando está todo lleno, ni de que me atraquen cuando está todo vacío, y sin clavarme la columna entera de Trajano en los pies.
Al mismo tiempo que disfrutaba de esta oportunidad, consideraba que podría estar incomodando al ciclista; pero en fin, cuando se detuvo a los 300 metros, yo seguí sin problema. ¡El colmo hubiera sido esperarme para hacer juntos el medio kilómetro!
¿Para repetir esta experiencia deberé quedar con alguien que me haga de quitanieves? No sé, no se me ocurre cómo pedirlo sin que suene raro.
Igualmente, gracias a las bicicletas que bajan despacio por las calles de baldosas lisas.
=D
sábado, 5 de enero de 2019
Trastornos de sueño
Tengo cierto trastorno del sueño (más
concreto, del ritmo circadiano), que desde siempre me ha hecho tener
las horas de sueño cambiadas.
Para mi cerebro, un día dura un poco más de lo que dura un día, y por muchos despertadores que me ponga, o muchas cosas que tenga que hacer por la mañana, a los pocos días necesitaré dormirme más tarde.
Para mi cerebro, un día dura un poco más de lo que dura un día, y por muchos despertadores que me ponga, o muchas cosas que tenga que hacer por la mañana, a los pocos días necesitaré dormirme más tarde.
Si
sigo este horario cada vez más noctámbulo de forma natural, descansaré
bien. Estaré fresco dentro de lo que cabe, porque también sufro la
ansiedad del temor a faltar a un compromiso. Sin embargo, si me ciño a
un horario racional, día tras día iré perdiendo horas de sueño, sin
importar a qué hora me acueste. La somnolencia matinal se me contagiará
también a la tarde, y sentiré mi vida como una película que ni siquiera
es entretenida.
A lo largo de toda mi vida, uno de los horarios más regulares y estables que he tenido es el de dormir aproximadamente desde las 3 de la madrugada hasta el mediodía. Pueden pasar semanas sin que se me desplace el horario.
Pero por supuesto, al menos un día a la semana suelo tener actividades temprano, y acabo sufriendo JET LAG durante media semana.
La otra opción para levantarme fresco es levantarme antes del amanecer y acostarme hacia las 21:00. Pero en España no abren nada que me importe hasta varias horas después del amanecer, y para cuando han abierto, ya me entra el bajón mañanero de las nueve.
Una vez adquiero la rutina, no me cuesta levantarme ya sea antes del amanecer o al mediodía. Pero siempre me ha sido imposible levantarme bien en las horas de enmedio. A eso de las ocho, nueve o diez sólo tengo dos opciones: tengo que haberme levantado ya, o tengo que estar durmiendo todavía. Leí en una página de cosas cósmicas de la India que son unas horas de tomárselo con calma (y los hinduístas no se equivocan, porque en las películas de Bollywood siempre bailan recién amanecido o ya por la tarde).
Además, para acostarme a las 21 tendría que empezar a sentir sueño a las 18, y yo tengo mis actividades sociales más importantes de 18 a 22.
Habrá quien opine... estupideces. Yo les aseguro que no depende de mí.
Tampoco creo que sea sano correr todos los días 32 kilómetros para caer rendido a la cama. Eventualmente, llegará alguna cena para la que necesite estar fresco. Y tomaré un refresco, porque hay que celebrar el cumple de Jesús y no suelo tomar alcohol. Y así volveré otra vez a mi vieja y confiable rutina de búho.
Además, la madrugada es el único momento del día en que puedo disfrutar del silencio y siento la seguridad de que empiece lo que empiece, no me interrumpirán.
Y si bien a las personas extrovertidas el café les despierta por la mañana, ¡a las introvertidas nos despierta por la tarde! Y no hay nada como sentirte despierto e inteligente aunque sea unas horas al día.
A lo largo de toda mi vida, uno de los horarios más regulares y estables que he tenido es el de dormir aproximadamente desde las 3 de la madrugada hasta el mediodía. Pueden pasar semanas sin que se me desplace el horario.
Pero por supuesto, al menos un día a la semana suelo tener actividades temprano, y acabo sufriendo JET LAG durante media semana.
La otra opción para levantarme fresco es levantarme antes del amanecer y acostarme hacia las 21:00. Pero en España no abren nada que me importe hasta varias horas después del amanecer, y para cuando han abierto, ya me entra el bajón mañanero de las nueve.
Una vez adquiero la rutina, no me cuesta levantarme ya sea antes del amanecer o al mediodía. Pero siempre me ha sido imposible levantarme bien en las horas de enmedio. A eso de las ocho, nueve o diez sólo tengo dos opciones: tengo que haberme levantado ya, o tengo que estar durmiendo todavía. Leí en una página de cosas cósmicas de la India que son unas horas de tomárselo con calma (y los hinduístas no se equivocan, porque en las películas de Bollywood siempre bailan recién amanecido o ya por la tarde).
Además, para acostarme a las 21 tendría que empezar a sentir sueño a las 18, y yo tengo mis actividades sociales más importantes de 18 a 22.
Habrá quien opine... estupideces. Yo les aseguro que no depende de mí.
Tampoco creo que sea sano correr todos los días 32 kilómetros para caer rendido a la cama. Eventualmente, llegará alguna cena para la que necesite estar fresco. Y tomaré un refresco, porque hay que celebrar el cumple de Jesús y no suelo tomar alcohol. Y así volveré otra vez a mi vieja y confiable rutina de búho.
Además, la madrugada es el único momento del día en que puedo disfrutar del silencio y siento la seguridad de que empiece lo que empiece, no me interrumpirán.
Y si bien a las personas extrovertidas el café les despierta por la mañana, ¡a las introvertidas nos despierta por la tarde! Y no hay nada como sentirte despierto e inteligente aunque sea unas horas al día.
jueves, 3 de enero de 2019
Procesamiento auditivo
De niño nunca quería ir a la iglesia porque la acústica del
micrófono estaba mal calculada. El eco del cura reverberaba por doquier,
yo no entendía una sola palabra, y los mediodías de los domingos se me
hacían una eternidad. Ni siquiera sabía cuándo tenía que levantarme,
sentarme o dar la mano.
¿Tenía algún tipo de sordera? No, al contrario, siempre he oído más que los demás. Sin embargo, a veces una persona puede tener un oído agudísimo, unos tímpanos afinados hasta decir basta, y unas orejas tan limpias que deslumbren a los cuervos; pero igual no captar bien las palabras por fallos en su procesamiento auditivo. Es decir, lo que convierte lo que has escuchado en información inteligible.
Pienso que mi procesamiento auditivo no está tan mal como el de otras personas. Por ejemplo, un antiguo conocido no podía entender lo que le decías si justo al hablar pasaba un coche. Ni siquiera un coche ruidoso. Un coche cualquiera, sólo con pasar ya solapaba mis frases.
Pero quizá lo pienso porque evito activamente los sitios donde mi procesamiento auditivo se ve puesto a prueba. Es un desgaste de energía considerable, nuestras "spoons" (o cucharas) no son infinitas y no siempre tenemos el lujo de poder gastar tan alegremente.
También por esto podemos pedir a los amigos que en lugar de llamarnos, nos envíen mensajes de texto. Preferimos la claridad de comunicación por encima de la inmediatez.
Ya suceda muchas o pocas veces, te toca la moral no poder entender a la gente en cuanto pongan música, hablen demasiadas personas cerca o tengas algo de stress.
Para profundizar en las consecuencias cotidianas de esta desventaja, pondré un ejemplo cinematográfico.
Imaginemos una película. En una escena, una pareja está cenando en un restaurante. Como es una película, aunque la cámara esté un poco lejos podemos oír la conversación de nuestros dos personajes, y solamente la suya. Las palabras que se intercambian los demás comensales no se distinguen, y sus murmullos sólo sirven para dar un ambiente de confianza.
En la vida real, el cerebro requiere emplear unos filtros auditivos para no mezclar la conversación de nuestra mesa con las de las mesas que nos rodean. Pero para una persona con un procesamiento auditivo menos fuerte, esos filtros no son automáticos; se tienen que hacer con esfuerzo y concentración.
Por cosas como estas, los autistas nos agitamos mucho cuando alguien de otra mesa pega un grito. Nuestros filtros auditivos ya estaban al 100%, y aun así han roto nuestra concentración y nos costará reequilibrarla. También por eso la escuela nos parece un infierno y a veces llega un momento en que perdemos toda nuestra concentración a medio plazo [ver Burnout].
Ahora imaginen que en esa película la pareja está susurrándose palabras de amor. Oh, cuánta ternura en la forma de vocalizar. Oh, ese modo de transmitir cariño incluso en el modo en que sueltan el aire para hablar. Y de repente, una señora en la mesa de al lado se pone a tirarse pedos. ¡La escena más romántica de la historia!
Pues ese es el día a día de muchas personas, que no podemos centrarnos en nuestra propia película porque también oímos las películas de los personajes vecinos; y en demasiadas ocasiones, esos vecinos ni siquiera comprenden que están estropeando el tono de lo que podría ser una historia perfecta.
Siempre he captado una infinidad de matices en la música. He tenido auténticos "eargasms" en un solo de guitarra inesperado, en un contrapunto en el momento preciso, etc.
Lo gracioso es que, de niño, muchas veces no entendía las letras de las canciones. No por problemas de oído, sino por mi trastorno de procesamiento auditivo.
Sumado al poco vocabulario que tenía aún, me parecía que las canciones decían cosas rarísimas; incluso dudaba que estuvieran en español.
Mis mayores dificultades para entender las letras venían de las canciones de Mecano.
Creo que el último grupo en español con el que he tenido problemas de procesamiento auditivo ha sido con Mägo de Oz, por la manía de cambiar las acentuaciones de sitio para que unos versos ya hechos por un lado cuadren con una melodía ya hecha por otro.
http://repetidorbachiller.blogspot.com/2011/12/17-y-8-sistole-y-diastole.html
Así, con el paso de los años he vuelto a escuchar canciones a los que le había inventado la letra en una parte y me hace gracia que mi versión me siga pareciendo mejor.
Por ejemplo, en la película de Disney "Aladdin" (doblaje de España), el protagonista canta sobre su alfombra mágica que "el mundo es un lugar para soñar". Pero el recuerdo que yo guardaba era que "el mundo es un lugar transicional".
¡Tenía mucho más sentido! ¿Qué más queda por soñar en un mundo de princesas, genios y alfombras mágicas? ¡Mejor darle a la peli tintes filosóficos!
Hoy en día, me preguntan por qué escucho música de series japonesas, si no se entienden.
Porque nunca me ha importado la letra. De hecho, en ocasiones he dejado de oír ciertas canciones en cuanto he sabido qué estaban diciendo.
Termino con enlaces a canciones o remezclas en las que la letra es lo de menos y sólo tienes que gozar la combinación de sonidos.
https://www.youtube.com/watch?v=4aa-d3_E86U
https://www.youtube.com/watch?v=OYZ5GfUYEBo
https://www.youtube.com/watch?v=Fpsrni-Kvsw
https://www.youtube.com/watch?v=JyQtmPmX0c0
https://www.youtube.com/watch?v=TcrcuLmwjys
https://www.youtube.com/watch?v=U13xOvDa19U
https://www.youtube.com/watch?v=1WuGo2Lb1YQ
https://www.youtube.com/watch?v=rUDwOM5WpIs
https://www.youtube.com/watch?v=u_QFFWPgKII
¿Tenía algún tipo de sordera? No, al contrario, siempre he oído más que los demás. Sin embargo, a veces una persona puede tener un oído agudísimo, unos tímpanos afinados hasta decir basta, y unas orejas tan limpias que deslumbren a los cuervos; pero igual no captar bien las palabras por fallos en su procesamiento auditivo. Es decir, lo que convierte lo que has escuchado en información inteligible.
Pienso que mi procesamiento auditivo no está tan mal como el de otras personas. Por ejemplo, un antiguo conocido no podía entender lo que le decías si justo al hablar pasaba un coche. Ni siquiera un coche ruidoso. Un coche cualquiera, sólo con pasar ya solapaba mis frases.
Pero quizá lo pienso porque evito activamente los sitios donde mi procesamiento auditivo se ve puesto a prueba. Es un desgaste de energía considerable, nuestras "spoons" (o cucharas) no son infinitas y no siempre tenemos el lujo de poder gastar tan alegremente.
También por esto podemos pedir a los amigos que en lugar de llamarnos, nos envíen mensajes de texto. Preferimos la claridad de comunicación por encima de la inmediatez.
Ya suceda muchas o pocas veces, te toca la moral no poder entender a la gente en cuanto pongan música, hablen demasiadas personas cerca o tengas algo de stress.
Para profundizar en las consecuencias cotidianas de esta desventaja, pondré un ejemplo cinematográfico.
Imaginemos una película. En una escena, una pareja está cenando en un restaurante. Como es una película, aunque la cámara esté un poco lejos podemos oír la conversación de nuestros dos personajes, y solamente la suya. Las palabras que se intercambian los demás comensales no se distinguen, y sus murmullos sólo sirven para dar un ambiente de confianza.
En la vida real, el cerebro requiere emplear unos filtros auditivos para no mezclar la conversación de nuestra mesa con las de las mesas que nos rodean. Pero para una persona con un procesamiento auditivo menos fuerte, esos filtros no son automáticos; se tienen que hacer con esfuerzo y concentración.
Por cosas como estas, los autistas nos agitamos mucho cuando alguien de otra mesa pega un grito. Nuestros filtros auditivos ya estaban al 100%, y aun así han roto nuestra concentración y nos costará reequilibrarla. También por eso la escuela nos parece un infierno y a veces llega un momento en que perdemos toda nuestra concentración a medio plazo [ver Burnout].
Ahora imaginen que en esa película la pareja está susurrándose palabras de amor. Oh, cuánta ternura en la forma de vocalizar. Oh, ese modo de transmitir cariño incluso en el modo en que sueltan el aire para hablar. Y de repente, una señora en la mesa de al lado se pone a tirarse pedos. ¡La escena más romántica de la historia!
Pues ese es el día a día de muchas personas, que no podemos centrarnos en nuestra propia película porque también oímos las películas de los personajes vecinos; y en demasiadas ocasiones, esos vecinos ni siquiera comprenden que están estropeando el tono de lo que podría ser una historia perfecta.
Canciones VS Procesamiento Auditivo
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Siempre he captado una infinidad de matices en la música. He tenido auténticos "eargasms" en un solo de guitarra inesperado, en un contrapunto en el momento preciso, etc.
Lo gracioso es que, de niño, muchas veces no entendía las letras de las canciones. No por problemas de oído, sino por mi trastorno de procesamiento auditivo.
Sumado al poco vocabulario que tenía aún, me parecía que las canciones decían cosas rarísimas; incluso dudaba que estuvieran en español.
Mis mayores dificultades para entender las letras venían de las canciones de Mecano.
Creo que el último grupo en español con el que he tenido problemas de procesamiento auditivo ha sido con Mägo de Oz, por la manía de cambiar las acentuaciones de sitio para que unos versos ya hechos por un lado cuadren con una melodía ya hecha por otro.
http://repetidorbachiller.blogspot.com/2011/12/17-y-8-sistole-y-diastole.html
Así, con el paso de los años he vuelto a escuchar canciones a los que le había inventado la letra en una parte y me hace gracia que mi versión me siga pareciendo mejor.
Por ejemplo, en la película de Disney "Aladdin" (doblaje de España), el protagonista canta sobre su alfombra mágica que "el mundo es un lugar para soñar". Pero el recuerdo que yo guardaba era que "el mundo es un lugar transicional".
¡Tenía mucho más sentido! ¿Qué más queda por soñar en un mundo de princesas, genios y alfombras mágicas? ¡Mejor darle a la peli tintes filosóficos!
Hoy en día, me preguntan por qué escucho música de series japonesas, si no se entienden.
Porque nunca me ha importado la letra. De hecho, en ocasiones he dejado de oír ciertas canciones en cuanto he sabido qué estaban diciendo.
Termino con enlaces a canciones o remezclas en las que la letra es lo de menos y sólo tienes que gozar la combinación de sonidos.
https://www.youtube.com/watch?v=4aa-d3_E86U
https://www.youtube.com/watch?v=OYZ5GfUYEBo
https://www.youtube.com/watch?v=Fpsrni-Kvsw
https://www.youtube.com/watch?v=JyQtmPmX0c0
https://www.youtube.com/watch?v=TcrcuLmwjys
https://www.youtube.com/watch?v=U13xOvDa19U
https://www.youtube.com/watch?v=1WuGo2Lb1YQ
https://www.youtube.com/watch?v=rUDwOM5WpIs
https://www.youtube.com/watch?v=u_QFFWPgKII
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